domingo, 9 de julio de 2017

Domingo 9 de julio: NOALEJO

     Hoy hemos estado en Noalejo. Una marcha marcada en nuestro calendario como especial. De hecho, hemos sabido mantener ese espíritu que el velo club hace gala, el del compañerismo y la solidaridad. 

     Después de solventar alguna que otra avería, ya sea en forma de pinchazo o de salida de cadena (que son las mas frecuentes), el club, y sus integrantes, ha tenido a bien en rodar prácticamente todo el recorrido juntos, con las consabidas excepciones de esas rampas en las que cada cual da rienda suelta a sus desbocados caballos para "arrear" y ser "arreado".

     Noalejo, situado en las mismas puertas de la provincia de Jaen, nos ofrece una ruta con un kilometraje pasado de los 100, concretamente 103 km repartidos al alimón entre la ida y la vuelta. 103 km, de un continuo subir y bajar, mas en la ida que en la vuelta (que es mas llevadera). Se suben tanto el alto de Colomera como Puerto Guerra por sus dos vertientes. A eso hay que añadir los cansinos trayectos hasta llegar a Colomera. Y por si fuese poco, una vez coronado Puerto Guerra, salvo algun que otro tramo favorable, todo es un continuo subir aunque a decir verdad, de escaso porcentaje, hasta el mismo Noalejo, que nos recibe con una repechón de 2 kms. hasta llegar a la misma plaza del pueblo.

     Una vez allí, cambian las cosas. La visita era obligada a la Cafetería Bar Mónica, donde solemos hacerlo cada año. 

     Nada más llegar a la puerta, un parroquiano del bar nos dice que de donde venimos. De Maracena, dice alguien (no recuerdo quien).
     ¿De Maracena?, articula el susodicho, cigarro en ristre. ¿A que hora habéis salido? ¿De noche?, nos dice. Nooooo. A las 8 , decimos. La vin, ¿dos horas?. Noto, que la ultima calada del cigarro le llega a los talones.  Y ya, para sentenciar el asombro nos dice: ¿y ahora tenéis que volver hasta allí?.         Pos claro, no nos vamos a quedar a vivir aquí le decimos. 
    El pobre, sorprendido, abandona el bar, eso si, exhalando el humo cual locomotora ferroviaria y largando una y otra vez un "estos tíos están locos".




     Allí, en el Bar Mónica nos tratan de maravilla. Todo el bar para nosotros, el patio, a reventar de bicis y ciclistas, y un continuo ir y venir de platos de jamón y tostadas que bien merecen una misa. 
Todo servido con la habitual simpatía de Mónica, su hermano Gabriel y la madre de ambos ¿Mónica también?.

    Vaya una manera de servirnos, de tratarnos y de hacer que nos sintamos como en casa. Con sitios así, da gusto hacer kms.

    La visita terminó como en años anteriores, con la tradicional foto en la puerta del establecimiento que a buen seguro, adornará las paredes de tan cariñoso local.
Así que ciclistas (y no ciclistas), si vais por Noalejo, no dejéis de visitar este bar. Os sorprenderá.

     El regreso, como no podía ser de otra manera, por el mismo sitio. Todos reagrupados, solventando los escollos de la ruta como mejor podíamos y una vez concluida la marcha, al calor de unas merecidas "birras" para reponer lo gastado.

Hoy, todo un lujo, rodar con este grupo.

FOTOS           VIDEO         Ruta RELIVE

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