Bueno compañeros y compañeras. Aparezco por aquí, después de un prolongado tiempo aprovechando que hoy he compartido con el amigo Joaquín Puertas las labores de delegados de la marcha liberando así, primero al tutor designado para hoy y segundo, al siempre dispuesto y nunca bien valorado compañero Miguel.La marcha de hoy tocaba a Tocón de Quéntar, una marcha bonica, de las que gustan pero que tal y como estaba el día no se sabía muy bien si era buen idea ir o no. Al final, todos para allá, con la vista puesta en un cielo pseudoamenazante con descargar la de Dios es Cristo pero que al final, como suele pasar en estos casos, se queda en nada. En mente, lo ocurrido unos años atrás, que también nos aventuramos a ir y la sorpresa nos llegó por la retaguardia convirtiendo la zona en una ratonera de la que no se escapó ni el gato teniendo que soportar una cansina lluvia que nos trajo hasta Maracena con algún que otro percance.
Pero hoy ha sido diferente. Por delante, cada vez, se abría más el cielo. A medida que se iba ascendiendo, las nubes, movidas por un insistente viento, que en ocasiones daba favorable, iba dando tregua. Ni una gota. Eso sí, frio y nieve en las laderas, pero sin lluvia.
De hecho, el grueso del pelotón, no conforme con la subida, se ha venido arriba en banderillas, término taurino utilizado para citar que se han envalentonado, y han tirado hasta Blancares, ahí es nada. Otros, llegando hasta la presa de Quéntar y Quéntar, que no está tampoco nada mal.
El regreso, después de avituallar como es debido en Tocón, con sumo cuidado hasta Granada ya que el viento, ahora, soplaba unas de frente y otras de costado por una carretera plagada de piedras caídas de varios desprendimientos.
La marcha ha concluido sin incidentes ni averías, como debe ser.
