Pasaban unos minutos de las 10 de la mañana cuando decidimos la ruta para hoy. Unos, los más veteranos, se decantaban por Olivares mientras otros, entre los que se encuentra el abajo firmante, elegiamos Alomartes.
Ya en la carretera de Pinos a unos 4 km de la conocida venta del Grillo y en dirección a Atarfe, el infortunio se ha cebado con el grupo. Un mal frenazo (motivado no se sabe bien por qué) ha dado lugar a un mal reagrupamiento de los 15 compañeros que formabamos el grupo con tan mala fortuna que el amigo Emilio ha dado con sus huesos en el asfalto, llevándose consigo al también amigo Dario. Miguel, tambien ha recibido un golpe en el codo contra el quitamiedos (aunque él no se ha caido). La suerte ha querido que Antonio y un servidor fueramos charlando unos metros por detras, los suficientes para poder evitar el golpe y parar el tráfico (que a esas horas es denso por esa carretera). El resultado, algunas magulladoras en el cuerpo y dos bicicletas pidiendo cita en Bicicletas Man, la de Dario con más urgencia que la de Emilio y el coche escoba recogiendo a los desafortunados compañeros.
Los demás, viendo la hora que era y como atraidos por un imán hemos terminado (no en Alomartes como habiamos pensado) sino en Lachar (pa variar) donde nuestra amiga Virginia nos ha atendido como solamente ella sabe hacerlo.
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