domingo, 31 de marzo de 2019

Domingo 31 de marzo: RESTAURANTE 402


DE COMO EMPEZAR CAMINO DEL 402 Y TERMINAR EN LA ERMITA DE LOS TRES JUANES

     Pues eso compañeros. Hoy, el calendario fijaba una ruta bonita, cómoda y con kms. suficientes como para poder disfrutar de una buena mañana primaveral con la flaca.

     Se ve, cosa que no es rara dicho sea de paso, que el tiempo quiere ganarse ahora el protagonismo (en lo negativo) que no se ha ganado a lo largo del invierno e inicio de temporada.

     Van dos marchas, la del domingo pasado y este, en la que las nubes hacen acto de presencia. Y como es normal, esa presencia viene acompañada con amenazas de alerta "quasi" amarillas (que manía esa de los telediarios de ponerle colores a las ganas de llover) que motivan al personal a leer dos temerarias palabras. Por un lado, ALERTA, y por otro (que va asociada a la primera, AMARILLA. Alerta amarilla, como avisando de un presagio de diluvio o algo así. 
Lluvia meona, de toda de la vida. ¿Que son esas tonterías ahora de poner nombre y "acojonar" a la gente de esa manera?. 

     Hoy, ni eso. Una persistente lluvia que no llegaba ni al suelo acompañada de un cansino a la vez que agradable aire, ha sido la tónica de un devenir de la marcha de hoy en la que sólo cinco socios, cinco, más el delegado de marchas se han aventurado a pasarse la "alerta amarilla" por esa noble zona apellidada "arco del triunfo".
     Lo que yo os diga. El suelo, algo mojado al inicio, pero que una vez llegados al cruce de Colomera, seco seco. Solo ha sido, una vez llegados a Deifontes, cuando se ha visto algo más mojado por la incesante insistencia de la que caía en forma de lluvia del cielo, y que ha propiciado una nueva modificación de lo que inicialmente se había acordado solo un par de kms antes en un pacto entre caballeros de llegar al menos hasta Iznalloz ampliando si fuese oportuno hasta el destino final situado en el Restaurante 402.

     Así las cosas, se ha dado por concluida la ida en El Nacimiento de Deifontes, coincidiendo con el momento de más lluvia que, una vez reanudada la marcha en sentido inverso, ha cesado hasta el límite de vislumbrar en algún momento puntual un tímido sol que ha secado totalmente incluso el asfalto.
     Tanto, que nos hemos venido arriba en las cercanías del Cubillas y como quien no quiere la cosa, el amigo Damián nos ha soltado un envite de órdago al más estilo del Mus, diciéndonos que él y solo él se va a ir solito a Los Tres Juanes de Atarfe para complementar la jornada.

     Y nosotros, que nos somos mucho de que nos toquen las palmas ya que nos conocemos, pues allí que nos hemos apuntado. A subir por las canteras, no sin avisar a los neófitos de la zona, de que allí hay un par de rampillas coincidiendo con el final de la subida que quitan el sentido, rampillas que el algún momento superan el 20 % de desnivel.

     Las nubes, esas que nosotros ya pensábamos que habían pasado a mejor vida, también se han apuntado y justo al inicio de la ascensión, han tomado de nuevo la iniciativa bautizándonos en nuestra primera subida a la ermita lloviendo. Como bien decimos en Maracena, "ya hemos salido de eso".

     Aún así, hemos disfrutado mucho (como enanos), reído (como críos), fotografiado (a pesar del agua) y descendido con unas elevadas dosis de precaución para no empañar tan idílica como estrámbotica jornada encima de la "flaca"

     Esto es ciclismo, señores.

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