Tercera de la temporada que hemos afrontado con una temperatura propia del mes de abril lo que ha motivado que se rodara con fuerza. Había ganas y la marcha de hoy, a Alomartes, nos ponía sobre el mantel todos los ingredientes necesarios para solventarla con nota.
El recorrido era cómodo. Teníamos que afrontar la ida por Illora y el regreso por el recorte. El kilometraje no debería pasar de los 70 pero al final, entre unas cosas y otras, algunos hemos llegado a los 80.
Los veteranos, tal y como marcaba el libro, partían a la hora indicada, a las 9.30 advirtiendo que ellos darían por finalizada la ida en Illora (en el de los churros, nos indicaban con énfasis) para volver sobe sus pasos. Y es que salir con la bici y no trincar unos "churricos" pues como que no tiene gracia.
La mañana se presentaba sin frio. Con un sol que invitaba a rodar. Y así ha sido. Por delante un grupo que se fue antes y por detrás el grueso del club que pedaleaba constante desde el km 1. El paso por la vega se hace rápido y de manera compacta. El terreno no presenta dificultad por lo que, salvo los incompresibles tirones en los escasos repechos, vamos todos como las guardias pretorianas.
Se cruzan los arcos y se inicia el terreno desfavorable. Aún así se sigue rodando bien, en armonia hasta que ya bien alcanzada la gasolinera cada uno decide el ritmo que poner.
El paso por Illora, como quien no quiere la cosa, y enfilamos el tramo final a todo gas.
Tanto ha sido que hemos estado más tiempo en el bar desayunando que pedaleando.
El regreso por el recorte, sin novedades, en varios grupos, con los mismos dando los mismos tirones cada vez que se inclina aunque sea mínimamente el asfalto hasta la llegada a Albolote donde nos hemos reagrupado todos, con pinchazo de Bernabé incluido que ha llegado el reagrupamiento como Abraham Olano en aquel mundial de Colombia en 1996 y que a la postre, ganó.
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Los veteranos A (como ellos se denominan), hombres de peña. |
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