domingo, 23 de febrero de 2025

Domingo 23 de febrero: VENTAS DE HUELMA

 


Hablábamos en los prolegómenos de la marcha, en esos minutos previos a  la salida e incluso, durante los primeros km, que marchas como la de hoy son cómodas y poco exigentes. Craso error citaba este que os cuenta ya que estas marchas, cortas de km y escasas de dificultad son como tan explosivas como un revólver cargado de balas en manos de una criminal (léase criminal en el buen sentido de la palabra).

Cito lo del revolver y  lo del criminal porque viene a pelo. Sabes de sobra que disparará, a buen seguro, y será más bien pronto que tarde.

Y así ha sido. En Bobadilla, por culpa del maldito e interminable semáforo (¿Quién será el que regula los tiempos de los semáforos?). Como te despistes un segundo, salen apenas dos bicis.

La cosa es que tras la eternidad esperada en ese semáforo, iniciamos el rodar en pos de la caza y captura de los de delante, que se ve que también tenían bulla. Luego dicen  que no, que iban esperando (risas). 

Los primeros caen, como por arte del karma, en el semáforo de Las Gabias que los han traicionado. Se ve que el que los regula, eso lo tiene en cuenta. Si te pilla en verde en Bobadilla, te pilla en rojo en Las Gabias (otra eternidad, pero para los de delante). Los de detrás, alcanzamos a esa grupeta justo empezando la subida al alto de la Malahá y ahí ya ser dispara el revolver. Balas para todos lados. Por delante, los suertudos que les pillan todos los semáforos en verde (ya las pagaréis todas en una) y los demás por detrás en mil pedazos. Los veteranos, Manolo Ramal y Elías, a su ritmo, como siempre, sin desfallecer y afrontando la subida como campeones y que han sido cazados en la misma tachuela. Se corona el alto de la Malahá y la bajada, unos con precaución y otros como si los estuviese ojeando el director técnico del UAE (creo que el Rafilla se lo dijo el otro día en Torrox aprovechando la salida de la vuelta a Andalucía) para tenerlos en cuenta para el próximo tour.
Le diría eso de: "Quillo, tira pa Maracena que allí hay unos cuantos que te van a sacar las castañas del fuego cuando te falle el Pogaçar", y claro, el hombre, habrá venido.

Con un medio reagrupamiento en La Malahá enfilamos la maldita tachuela (si antes era maldita, ahora con el nuevo trazado es maldita doble). Yo, para mi, que va a tener razón Perico Delgado con esa teoría de que existen de verdad campos magnéticos. Esa zona es mortal. No hay manera de avanzar con una mediana dignidad.

La nueva carretera de acceso a Escúzar ha provocado que más de uno no sepa ni para donde tirar para entrar al pueblo. Hasta el mismísimo Jonás ha dado alguna voz que otra en la rotonda de la Malahá para advertirnos que la nueva entrada para la carretera estaba ahí mismo. Pero no, después de un conato de advertencia Jonás vuelve a su mudez y se resigna a seguir a la grupeta que, ahora sí, enfila el nuevo acceso que han habilitado, no se bien en que rotonda. 

El paso por el pueblo se hace bien disperso. Algunos ya están en Ventas de Huelma. Otros, aprovechando el desconcierto del cruce (que bien les ha venido) cortaban por lo sano y tiraban por la carretera de "la longaniza" evitando Escúzar, y otros, ya de manera cómoda en los últimos km hasta el destino.

Desayuno en las Ventas, pausado y sin bulla, con foto de familia incluida en la pantera (que el amigo Rafa Malagón tuvo a bien de promocionar en su día) y vuelta al tajo, en este caso por Ácula, Chimeneas, Aeropuerto, El Jau, Santa Fe, Atarfe y Albolote para, después de reagruparnos, cada cual tire para su cortijo (o su bar, que todo es preciso).

Por cierto, el director técnico del UAE se fue desde Escúzar. Lo digo porque no es necesario jugarse el tipo en rotonda y pasos por poblaciones (que el día menos pensado vamos a tener que perder la tarde viendo lesionados).

Ya fuera de coñas, debemos (o se debería) hacer examen de conciencia respecto a esto. No es de recibo actuar así. En una rotonda no se puede entrar porque le de tiempo al primero (o a los tres primeros) cuando detrás van más de 20 o 30. Lo lógico es levantar la mano para avisar y el pie para aminorar. Pues hay hasta quien le gusta sprintar y todo (¿habrá premios ocultos?). Lo mismo pasa en las poblaciones. 

En fin, que muy buen día de bici y con todas las balas del revólver descargadas. Te lo dije, Bea.

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