No es que sea cosa de publicar por publicar pero ante la insistencia del amigo Fernandez que no para de decir to´l camino que no publico ná de ná, no puedo mas que citar algunas palabras acompañadas de documentos gráficos a modo de testimonio para deleite y disfrute de los seguidores de este blog.
Asi las cosas, la historia se resume, despues de estas fechas navideñas llenas de mantecados, polvorones y demas excesos culinarios en alguna que otra salida de fin de semana (entiéndase sabados y domingos) para ver si conseguimos rebajar algo de lo adherido en los musculos adiposos.
Asi las cosas, la historia se resume, despues de estas fechas navideñas llenas de mantecados, polvorones y demas excesos culinarios en alguna que otra salida de fin de semana (entiéndase sabados y domingos) para ver si conseguimos rebajar algo de lo adherido en los musculos adiposos.
Citar, por ejemplo, la rutilla que el domingo pasado hicimos (terminando, como no, en Lachar) pero con el aliciente de buscar nuevas rutas (¿es que las hay?).
Pues si, las hay. Desde el Cubillas, a Caparacena, Pinos, Zujaira, desvio hacia la azucarera San Pascual (de gratos, y a la vez, tristes recuerdos para "el Floreal") para continuar por Valderrubio y Lachar. Como muestra, un botón.
Ayer sábado, la cosa pintó bien (en un principio) buscando el solecito sureño que suele acompañar por las tierras durqueñas. Claro, solecito, y airecito. La madre que lo parió. Ya me parecia a mi que ibamos muy bien para allá.
El destino fue, ta ta chaaaaannnnn..... DURCAL, pero Durcal Durcal. No el Zahor.
Resulta casi inaudito que nunca hayamos estado en Durcal. Lastima que las carreteras de hoy en dia saquen los recorridos de los pueblos. Deberiamos pasar mas por ellos. En fin, que alli estuvimos en la misma peana de la estatua a Rocio Durcal, en el mismo corazon del pueblo.
Hoy domingo, con un neblazo de mil pares de coj......s nos hemos aventurado a salir unos cuantos pero entre el frio y la niebla y el ritmillo que hemos llevado no ha habido fotos.
Hemos estado en Olivares por las Torres, Pinosm Fuente Vaqueros, Valderrubio y Lachar (otra vez), para regresar por donde siempre con la cansina amenaza de lluvia que nos ha sorprendido en las mismas puertas de Maracena.
Lo que si esta claro, es que vayamos a donde vayamos, nunca nos volvemos de vacio.
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