
Buenas... Aquí Goyo pués
Bien por Enrique por las fotos y mal por mi por la tardanza, pero bueno, aqui va el ladrillo:
Buff, vamos a ver como sale esto. Trasmitir todos lo acontecimientos y sensaciones ocurridos el fin de semana pasado con motivo de la VIII Subida a la Pandera no es cuestión baladí ni mucho menos. No se si a alguno de vosotros, seguramente a casi todos, os ha pasado que sales de tu casa para uno o dos días y te suceden tal cantidad de cosas nuevas e inesperadas que cuando vuelves parece que llevas semanas fuera. Esa es la sensación que yo tenía el domingo por la noche cuando dejé en su casa a Emilio primero y a Enrique después. Parecía que volvíamos de no se que batalla con el coche lleno de cosas ya desordenadas y el amigo Emilio recién operado y algo “apollardao” aún por los efectos de la anestesia y de los fuertes calmantes suministrados.
Pero bueno, vamos:
A) EL VIAJE DE IDA
Finalmente quedamos en ir la tarde anterior (sabado 25) Emilio, Enrique y yo. Tras dar unas cuantas vueltas para buscar la calle de Emilio, al llegar me lo encuentro esperándome, cargamos las cosas y recogemos a Enrique. Montamos su bici y me da por tocar las bielas de la misma ("por culillo" que le gusta dar a uno) y le digo:
- Enrique, tus bielas tienen holgura
- No jodas – dice Enrique.
- Pa que habrás dicho ná – dice Emilio. Con lo que es este para esas cosas.
Pero efectivamente las bielas tenían holgura, lo que al día siguiente se tradujo en que no pudo hacer todo el recorrido en la montura. Él lo puede explicar mejor.
La ruta elegida para el viaje la elegí yo, que me las daba de tenerlo controlado todo y de tener clarísimo el mejor recorrido: Alcalá-Castillo de Locubín-Fuensanta. Todo perfecto a la vez que hacia de “cicerone” por los parajes que íbamos atravesando con el coche.
Pues no, se ve que tengo ya la cuestión de la cabeza nada mas que regular y una vez llegados al Castillo de Locubín me meto por una carretera que yo estaba convencido que era la que llevaba a Fuensanta. El caso es que la carretera cada vez se estrechaba más y más y a veces los árboles se echaban encima del coche con las bicis arriba y todo y transitábamos por unos parajes que yo no recordaba de nada. Llegó un momento que la carretera se terminaba y ya convinimos los tres, sin lugar a duda, en que yo era un mendrugo, que no tenía ni puta idea de donde estaba y que el día que me perdí subiendo a los Tres Juanes no fue casualidad. A esto divisamos a un grupo de personas que parecía que estaban rodando una película de trogloditas por su aspecto y el de su “vivienda”. Les preguntamos que por donde se iba a Fuensanta a lo que respondieron unos con una carcajada, otros rascándose la cabeza y todos mirándonos pensando en que éramos los seres mas gilipoyas que pueblan la Tierra. Tres tíos ya bien cuajaditos montados en un coche con las bicicletas en mitad de una alameda preguntando por un pueblo que algunos ni sabían que existía. Uno que parecía saber más que los demás nos indicó por donde había que salir a la carretera general y eso hicimos. Emilio y Enrique me hicieron jurar que no volvería a intentar coger ningún atajo y que iríamos por la carretera, como todo el mundo. Lo prometí.
B) LLEGADA Y ESTANCIA EN FUENSANTA
Como Dios manda llegamos a Fuensanta de Martos ya anocheciendo, y para no variar también nos perdimos (pero poco, que conste). Esta vez una señora con una amabilidad casi excesiva nos llevó a nuestro destino. La mujer era tan amable que si le hubiéramos dicho que nos diera un besito (¡¡¡de madre ehhh!!!) luego al acostarnos, ni lo hubiera dudado. Y es que la gente serrana es así, amable y hospitalaria y no conciben las relaciones humanas sin esa ayuda mutua y sana convivencia. Durante toda nuestra estancia en la comarca pudimos comprobarlo.
Dejamos las cosas en el Hostal, por cierto, cómodo, acogedor, silencioso y muy limpio, organizamos un poco las habitaciones, bajamos las bicicletas y nos vamos pa la feria del pueblo a ver que pasa. Damos un par de vueltas y constatamos varias cosas.
a) Que es un pueblo bonito y acogedor.
b) Que las buenas mozas serranas de Fuensanta están verdaderamente de “mu” buen ver conviniendo los tres en que debe ser el agua serrana.
c) Que los blancos no saben meterla. Digo eso no por nada, sino porque mientras cenábamos barato y bien en un mesón vimos el partido del Real Madrid y vaya pena. En cambio en Barça cumplió (con alguna que otra ayudita ehhhh). La cena que nos zampamos fue digna del mismísimo Pedro Picapiedra, aunque a Emilio y Enrique todo le parecía poco. Yo creo que esos mas que estómago tiene un agujero negro que se lo traga todo desintegrando la materia conforme entra. Luego al final remataríamos la faena con una “Torta de la Virgen” por cortesía de la mujer de Emilio. Gracias, estaba mu güena.
Y a dormir. Bueno, a dormir el que pudiera. De entrada un consejo, si alguna vez vais a compartir habitación con Emilio no olvidéis los tapones para los oídos. El tío antes de acomodarse en la cama ya está durmiendo y roncando como un cosaco. Si come como Pedro Picapiedra en el roncar le gana. Virgen Santa. Enrique dice que tampoco pudo dormir mucho y encima de madrugada parece que llegó una pareja de la feria a la habitación contigua a la suya que terminó la fiesta en la coma hay que terminar las fiestas y no precisamente en silencio (¿para que dejar las cosas a medias cuando se pueden terminar en condiciones?).
C) EL DIA DE AUTOS
Pues eso, que nos levantamos, nos vestimos de “romanos” y buscamos donde desayunar. Empiezan a llegar ciclistas al pueblo buscando la salida que nadie sabe (ni nosotros) donde era. Yo suponía que era en el parque del pueblo, pero no, al final resultó que la salida era ¡¡¡¡en la puerta del hostal!!!!. Nada mas salir del Hostal nos encontramos tres en un coche que nos preguntan por la salida. Era una familia completa: La madre iba durmiendo en el asiento del copiloto, el padre conduciendo entre cabreado y resignado y en el asiendo de atras el chaval qeu iba a hacer la ruta.
- ¿De donde venis?.
- De Trebujena.
- Ojú, digo. Os habeis pegado un buen madrugon.
- ¿Y que hago?, dice el padre (ya que la madre aún parecia narcotizada). El niño quería venir a La Pandera ¿y que hago? o lo mato o lo traigo, y matarlo no lo voy a matar. Y aquí estamos.
De todas formas nos bajamos al parque a desayunar.
¿y que se puede desayunar a las 7,30 de la mañana un día de fería? Exacto, Churros, churros en cantidad y baratitos. Nos mezclábamos en el lugar con los que iban para acostarse despues de la juerga ciertamente algunos más que contentitos. Había un tipo de lo mas gracioso con una guitarra muy pequeña hecha un cascajo que se ve que le había tocado en la tómbola y a la que ya no le quedaba mas que una cuerda. Pero al tío le bastaba y sobraba para cantar cada frase que alguien decía.
Al ir a sentarnos una voz femenina detrás de mi grita ¡¡¡Goyooooo!.
Joder, me digo. Yo no conozco a nadie aquí, pero resulta que al llevar mi nombre a la espalda del maillot eso llamó la atención. La persona que me llamó era nada mas y nada menos que ¡¡¡MISS DE ALGO DE LAS FIESTAS DE FUENSANTA!!!, con su banda y su ramo de flores y todo. Nos miraban desconcertados con el atuendo que llevábamos y cuando le dije que íbamos a la Pandera me dijo que me acordara de ella cuando llegara. Le respondí que nada de eso, que me acordaría de ella todo el día. Solo me falto pedirle una prenda como en las justas medievales para lazarla en la bici y luchar durante toda la jornada en honor a mi nueva dama. La verdad es que la vida puede ser maravillosa con esas pequeñas cosas.
D) LA RUTA
Aquí solo daré unas pinceladas, ya que prefiero que sean otros de los que la han hecho por primera vez los que la describan ya que yo es la cuarta vez que la hago y quizás no pueda trasmitir esas sensaciones que se absorven al afrontar un reto nuevo.
Señalar que es la vez que más nivel he visto en la ruta en cuanto a número de participantes y calidad de los mismos. También que el recorrido ha sido el menos duro que ha habido hasta ahora, ya que no se repite nunca de una año para otro.
Una vez que ya se conoce el punto de salida, empieza a llegar personal (por supuesto los nuestros que vienen desde Granada) y todo son miradas inteligentes para adivinar el estado de forma de cada cual ante el reto que se avecina. Después todo el mundo va mirando las “flacas” de todo el mundo. Primero los cuadros y después los desarrollos. Se ve de todo, desde los desarrollos descomunales a aquellos que deben pensar que la Pandera es un apretón de nada, vamos desarrollos tipo 39-21 o 23 (esos no suben ni de coña pienso). En cuanto a bicis hay de todo, casi todas auténticos "pepinacos" y algunas de montaña. Yo fui con la DITEC negra que me gusta mas para escalar puertos duros.
Algunos clubes llevaban una infraestructura y una organización del carajo, en especial me llamó la atención los del Club Castell de Ferro. Maillot preciosos inpirados y similares en los de Team Columbia-htc y un "peazo" mono-volumen nuevecito donde iban todos (caballeros y monturas) tan agustito.
En fin se da la salida a las 9,05 desde Fuensanta y vamos en sube y baja hasta Martos y allí en decidido descenso tendido hasta lo Villares donde paramos, miccionamos y nos avituallamos algo antes de iniciar la subida a Puerto Viejo.
La subida a Puerto Viejo es para disfrutarla de cojones como seguramente podrán relatar otros compañeros.
Al terminar Puerto Viejo tres kilómetros de falso llano hacia abajo hasta la verja. Reagrupamiento para el tramo libre (bueno, se agrupan los que iban delante ya que Emilio y veníamos mas atrás a lo "tranki" él tosiendo y yo intentado dar por terminada la digestión de los churros, cosa que conseguí a mitad de Puerto Viejo) y empezamos la subida un poco después que los demás, y…. ahí está la verja abierta para todo el que quiera probar…..TRAMO LIBRE SEÑORES, AL ATAQUEEEEE. “EMPIEZA EL INFIERNO”, decía otros años una pintada en el suelo nada mas empezar, además de la infinidad que pintadas que hay la mayoría dedicadas al “triki” Beltrán. “Quedan 7 putos kilómetros” decía otra mas adelante. Pintadas que ya se han borrado por las lluvias pero que yo he traspasado y las tengo grabadas en mi mente.
La Pandera es un puerto traicionero que te espera en cada recodo y te hace confiarte si no lo conoces. Tras unos 2 kilómetros al 10% que se sube bien, viene un tramo de 2,5 kilómetros mas apacible que te hace pensar que no es tanto como dicen, y que si has subido alegre el primero ¿porque no los otros?
El caso es que yo empiezo de los últimos junto con Emilio y le digo que no deje su ritmo bajo ningún concepto y que ni espere a nadie por detrás ni intente coger a nadie por delante forzando y que beba agua antes de iniciar el tramo duro.
Después de los 2,5 km mas suaves, es cuando de repente viene una curva a la derecha con un cartel de 15% para 1,8 km (en realiada es mas porcentaje y mas kilómetros). A partir de aquí los tres kms. siguientes son bestiales sin bajar del 12% casi nunca y con varios picos del 18%. Cuando yo los empiezo ya veo a los machacas arriba a lo lejos casi terminándolos ¡¡¡que bárbaros!!!!
Aparte de estar en relativa buena forma son cuatro los secretos para abordar una subida tan selectiva como esta. En primer lugar mentalizarse mucho y saber que tienes que sufrir hasta el límite de tu propio umbral. Luego no mirar demasiado a lo lejos y concentrarte en el metro a metro, tercero reprimir los deseos de bajarte de la bici. Si lo haces estas perdido. O te vuelves o los haces andando, no hay otra. Y cuarto no esperar a nadie ni intentar coger a nadie por delante. forzando la máquina Tu ritmo y nada mas.
Subo a 4-5-6 km/hora en la parte mas dura. Llego al pequeño descansillo (8-9%) y aprieto. Me he encontrado bien y me siento con fuerzas y de nuevo otro km de órdago. Lo supero bien. Abordo la pequeña rampa en bajada (al 15% tambien) y la última en subida y llego. 1 hora y dos minutos. Luego me entero que el primero, un chaval de 15 o 16 años años (¿sería el de Trebujena?), ha hecho 28 minutos y segundos, es decir, que mientras yo recorria un metro él recorría mas de dos. Me siento contento.
Avituallamiento (bocatas de choped y salami), esperar que lleguen todos (esta vez no he sido el último y además muchos no han subido) y entrega de trofeos.
Tocan corneta y a bajar. De nuevo hasta Puerto Viejo, cruce a la izquierda y bajada a Fuensanta de 10 kilómetros de carretera buena pero estrecha y mal peraltada y ya sabéis lo que pasó prácticamente cuando faltaban 2 kilómetros para llegar con Emilio.
Personalmente he pasado magnifico día de ciclismo, y un fin de semana de disfrute con los amigos. hemos pasado por parajes preciosos y hemos compartido ruta con miembros de otros clubes de Granada (ver fotos) y de otros lares. Hemos conocido un pueblo inexistente para nosotros y nos hemos reido y divertido sanamente.
En el viaje de vuelta, ya sobre las doce de la noche, a pesar de todo veníamos contentos de lo bien que lo habíamos pasado el fin de semana, pero ojo, no solo con la bici, sino por todo lo demás.
Del accidente desgraciado de Emilio y horas posteriores prefiero no abundar. Solo decir que cuando lo vi en la cuneta me temblaron las piernas y se me aflojó la barriga, que lo ayudamos en lo que pudimos y como mejor supimos, que nos encargamos Enrique y yo de estar a su lado al ser los que estábamos en mejor situación para ello aunque estoy seguro que cualquiera hubiera hecho lo mismo, ya que el club no es solo dar pedales. De hecho la primera intención de todos fue la de quedarse para lo que hiciera falta: Miguel, Antonio Narvaez y Paco.
El club sobre todo somos nosotros y lo primero somos las personas y eso se aprende dia a dia con vosotros y entre todos, cada uno con sus "cosillas". Yo a todo el mundo le digo que se venga con el Velo-Club, ya que en el Velo-Club no se deja tirado nunca a nadie pase lo que pase. de eso no tengo duda.
Me gustaría que todos los que estuvieron, sean o no del Velo-Club, nos hicieran partícipes de sus impresiones, ya que yo he preferido centrar el relato en las mias. Pero como somos muchos la cosa tiene continuación en los demás, que es lo bueno.
¡¡Ah.. para remate final, en la puerta de la casa de Emilio por poco me cargo una farola con el coche jajajajaja.!!!
Yo no se ni como sobrevivo en esta vida.
Un abrazo para todos. Nos vemos y no entrenéis tanto la contrarreloj que os vais a aburrir de tanto dar vueltas al mismo sitio.
Todos habeis visto el perfil. Pongo el trazado, sobre todo para el amigo Miguel Pacheco, que es del lugar.