domingo, 25 de abril de 2021

Domingo 25 de abril: BERMEJALES


Foto de familia en el Camping de los Bermejales

Alguien dijo una vez (y no sin razón) que el ciclista tiene alma y corazón de ciclista. El más sagaz lector habrá podido comprobar que quizás esa cita no es del todo así, sino que es una casera y burda versión de aquel prólogo que abría (y abre aún) esa genialidad en forma de novela de suspende de Torcuato Luca de Tena llamada "Los renglones torcidos de Dios".
Obviamente, los pido prestados, y bajo mi conciencia y honor adapto sin otro fin que el de iniciar este relato un tanto alocado de un día (también alocado) como el de hoy 25 de abril, en el que el calendario de rutas nos tenia preparado un periplo alpujarreño y que por mol de la casuística meteorológica se ha visto abocado al 16 de mayo empujando de un certero codazo a la que había programada para tal día al día de hoy. 

Toda la semana, toda, llevan los medios de comunicación sin excepción diciendo e insistiendo que el fin de semana iba a visitarnos una tal Lola, que no es otra cosa que una borrasca (vaya manía ese de ponerle nombre a estas cosas) y que por lo visto, según la insistencia, tendría que ser prima hermana de esa tal Filomena que nos visitó allá por el mes de enero.
Pues al parecer, la tal Lola debe ser la díscola de la familia (en toda familia que se precie hay una oveja negra) y se ve que Lola pasa olímpicamente de dejar su sello o seña de identidad, al menos por aquí por Granada.
Hay que ver que manía persecutoria la de los telediarios. Al final, ni una gota. Pero que ni ayer, ni hoy. Eso si, nubes a mansalva pero con un ambiente agradable, no, lo siguiente y con una temperatura ideal para la práctica de esto de la bici.

La cosa es que la jornada comenzaba temprano, con zumbidos del grupo y con la pertinente pregunta de que va a pasar hoy, ¿se sale o no?, preguntaban algunos.
Pues se sale. Aunque los pronósticos digan lo que digan. No estaba lloviendo, no había señales de agua en el asfalto por lo que a muy mal venir la cosa en caso de aparecer el líquido elemento pues con darse la media vuelta (como en anteriores y múltiples ocasiones) y hoy paz y mañana gloria.
Considero, que si sumamos todas las veces que hemos mirado el tiempo para hoyentre todos en los últimos días (creo que unas 15.987) daría como para una mención especial con diploma, sello y rúbrica del mismísimo Maldonado.

Poco a poco iban apareciendo amarillos por los cuatro costados. De los apenas 4 iniciales, en cuestión de minutos, 24, que no está nada mal y a la hora indicada en el calendario y con puntualidad inglesa partíamos con dirección a Bermejales con un ojo puesto en el cielo y otro en la carretera.

Ni en el mejor de los pronósticos podríamos aventurar que hoy se completaría el recorrido. Quizás con un poco de suerte pondríamos una pica en Ventas.
Pues no. Un nutrido grupo, compacto rodaba tranquila y constantemente fiel al rutómetro con dirección a la Puleva, carretera del Barco, Las Gabias, Alto de la Malahá, La Malahá, carretera de "la longaniza" (que hoy ha dado tiempo y todo para explicar el por qué de ese nombre, ¿verdad Raul?), Ventas de Huelma y ya, desde ahí, cada cual a su rollo hasta Agrón, el Lucero y Bermejales. 
Tan venidos arriba estábamos que nos ha dado tiempo hasta de "tontear" con las nubes y acercarnos a la presa para inmortalizar la visita.
El regreso, por donde mismo hasta La Malahá y de ahí hasta Santa Fe, Atarfe, Albolote y Maracena.

Al final, un buen día de peña, con buen ritmo de rodada, chascarrillos y sin Lola, tanto en la ida como en la vuelta. De los que gusta, vamos.

Y es que a veces, no sólo es necesario enfundarse un maillot (o pertrecharse hasta las trancas como si fuese uno a un frente bélico) para parecer un ciclista, sino que, pasando de la razón, también hay que escuchar al corazón y dejar que tu alma te lleve...aunque sea a los Bermejales.

Parte del grupo posando en la presa del embalse

El grupo iniciando la ascensión al Alto de la Malahá

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domingo, 18 de abril de 2021

Domingo 18 de abril: LA PIRENAICA

 

la familia del Velo Club al completo en Huétor Santillán


Mucha gente me pregunta al ver la cabecera de la crónica de un día como hoy, o cuando ven el calendario de rutas, eso de que ¿a que viene eso de pirenaica?.
Lejos de mantener el secreto, Dios me libre, hago yo propuesta de fe y aquí lanzo yo explicaciones de tan atrevido nombre a esta ruta.

Granada, por su idiosincrasia, no en vano es venerada por los amantes de este deporte, tiene ese gancho particular para ofrecernos de todo tipo de carreteras para la práctica del ciclismo. Por tal motivo, es fácil, muy fácil encontrarse algún equipo pro que otro merodeando las cercanias capitalinas o como ha sido el caso de hoy, un esbelto lozano cabalgando su flaca con aire altivo, como si con el no fuese la cosa camino de Quéntar o vete tu a saber.

Claro, nosotros, fieles amantes de este deporte, andamos muy limitados a la hora de descrifar quien es el aguerrido ciclista. Hemos acertado a vislumbrar solo su equipo, el Bora. De lo demás, nada de nada. Si al menos hubiese estado allí nuestro compi Rafilla, no solo nos dice el nombre, sino también su palmarés, el número que calza, la talla del maillot, lo que cenó anoche y, si me apuráis, hasta lo que le regalaron el día que hizo la primera comunión. Además por si fuese poco, le hubiese "birlado" el bidón, la gorra y los guantes. 

Todo a esto viene, como decía, que nuestra tierra nos ofrece este variopinto abanico de carreteras. 
Hoy, nuestra ruta nos llevaba de manera circular y sin alejarnos mucho del epicentro maracenero, a la vega lorquiana para ir calentando motores hasta llegar a Pinos Puente por el cortijo del Alitaje para dirigirnos a Caparacena, El Cubilllas, El Chaparral y ahí es donde comenzaba el baile. Subida a Calicasas, Güevejar, Cogollos (casi), Nívar, Mirador de la Alfaguara, Víznar, Puerto Lobo, Huétor Santillán, con su breve descanso y refrigerio incluido, Beas de Granada, repechón del Monje, Quéntar, Granada y Maracena. Un espléndido recorrido lleno de subidas, algunas muy cansinas pero entre un exuberante paisaje cargado de todo tipo de matices.

De ahí, la pirenaica, ya que en cierto modo, nos recuerda al conocido macizo fronterizo hispano-francés.

Pues bien. La mañana comenzaba fria, más de lo habitual y con estreno de alguna de la nueva indumentaria que el club ha tenido a bien en obsequiar. Indumentaria "quiasi" invernal y que a la postre ha sobrado sobremanera.

Los veteranos en el Mirador de San Critóbal

Otros, los más veteranos, han optado por la alternativa que ofrecía el calendario de rutas, que era accederá Huétor Santillán por la carretera del Fargue.

El regreso desde Huétor Santillán, unos por el mismo Fargue y el resto, como citaba antes, por Beas de Granada y Quéntar con más precaución de lo habitual ya que las rampillas exageradas junto al mal estado del firme en algunos tramos así lo requería.

El paso por Cenes y Granada capital, un suplicio. En Cenes, cargado de coches inertes y Granada, con todos y cada uno de los semáforos en rojo. No nos hemos librado de ninguno. Por pillar en rojo nos han pillado hasta los que estaban apagados. De locos. 

El domingo que viene tenemos marcha de carácter especial, con circuito integral por las Alpujarras desde Órgiva con entrada por Pampaniera y Salida por Trevélez, Almegijar y Torvizcón.

Un pequeño grupo, con el "monje"

FOTOS                      Ruta RELIVE

(las fotos de hoy, de Manuel Ramal, Galdón, Jose de Cogollos, Damían, Julio, Antonio Gutiérrez, Roberto, Emilio, Francis, Jose Luis y Enrique)

domingo, 11 de abril de 2021

Domingo 11 de abril: CASTILLO DE TAJARJA

El grupo en Castillo de Tajarja


Buenas, a todas, todos. Aquí de nuevo. Segunda de abril y con gran afluencia (en total, 37, que no está nada mal). Hoy teníamos marcado en el libro de rutas nuestra particular visita al Castillo de Tajarja, y debíamos ir, como al final ha sido, por el Mayerling (menuda publi se lleva cada vez que pasamos por allí), La Malahá, Los desiertos, Chimeneas y la ascensión al pueblo con esas rampillas cansinas, foto, y bajada a Lachar por Peñuelas, y de ahí circuito por la vega lorquiana hasta llegar a Atarfe, Albolote y después del clásico reagrupamiento, cada cual a su templo.

La mañana comenzaba con algo de frio pero con los cielos limpios. Un azul eléctrico los adornaba en contrapunto con los verdes y amarillos que lucen por la vega, incipientemente motivados por una primavera cada vez más espectacular. Resulta curioso el paso por los llamados desiertos, que precisamente se llaman así por tratarse de un secanal árido y poco atractivo a la vista (que también tiene su encanto), y ver como están. En algunos casos parecen el salvapantallas oficial del sistema operativo del "ordenata". En este caso, hoy, también han servido de transición climatológica. De tener y a su vez, disfrutar de un solecillo más que agradable, a entrar en, como bien diría Julio Marvizón, una masa nubosa que se avecinaba, no por el estrecho como él solía decir, sino por Paranpanda. Y es que como dice el refrán "Cuando Parapanda tiene montera, llueve aunque Dios no quiera". 

Apuesto a que os estáis preguntando quien era ese tal Julio Marvizón, ¿a que sí?. Bueno este señor era el hombre del tiempo de Canal Sur allá por los 90´, sabio, culto y escritor y que daba el tiempo en prime time en el canal autonómico cuando las televisiones, todas, se dedicaban a informar y no a lo que se dedican hoy en día. Pues bien, este señor, dentro de su infinita serenidad, con los brazos relajados y mirando fijamente a la cámara comenzaba la lectura del pronóstico del tiempo siempre con la misma coletilla. " la masa nubosa que se aproxima por el estrecho dejará precipitaciones de escasa importancia en el......". Daba igual, el tiempo que hiciera, si venían nubes o no, si se acercaba una ciclogénesis explosiva, daba igual, él siempre empezaba lo mismo. 

Vaya desde aquí mi más sincero reconocimiento a este señor. Todo ha sido dicho y relatado desde el más sentido de respeto y admiración.
El paso por los desiertos con un cielo de transición de sol a nublado

Y es que el paso por los desiertos, como meteoros al igual que en todo el recorrido, ha propiciado que me acordase de esa frase al ver como se avecinaban las nubes. Al final, no ha llovido, pero no hay nada como una buena amenaza de lluvia para darle alas a un grupo de ciclistas.

Una vez llegados al Castillo de Tajarja y de improvisar un reagrupamiento que quedó inmortalizado con alguna que otra instantánea, rápida bajada al Láchar donde una vez más, en la cafetería Los Arcos hemos repostado cada cual a su antojo y con plátano de rigor incluido. Hay que ver esta gente. No se como lo hacen para tener allí al ciento y la madre de ciclistas y no ciclistas y tratarnos a todos de esa manera tan especial y rápida. Deberían hacer cursillo o algo así en el que participen otros locales tabernícolas que se ahogan en un vaso de agua para ver si toman ejemplo.

El regreso, por la vega lorquiana, con buen ritmo hasta el reagrupamiento en Albolote. 

Por cierto, se comentaba en la llegada a Albolote de un pequeño incidente que se ha producido en el trayecto más tranquillo de la marcha. Al parecer ha sido por la vega de Fuente Vaqueros o ya casi por la silenciosa. La cosa es que un mal frenazo, o como se suele decir, bandazo, ha propiciado que un nutrido grupo se haya visto abocado a encomendarse a los santos más cercanos y pidiendo cita a algún que otro cardiólogo ya que el susto ha sido monumental. Al final no ha pasado nada. Mera anécdota, sin caídas ni nada pero eso nos hace reflexionar sobre el tema.

Debemos tener cuidado, eso ya lo sabemos. Hay que extremar las precauciones y sobre todo hay que ser consecuentes. Montar en bici nos hace asumir ciertos riesgos, sobre todo el de las caídas pero cuando se rueda en grupo, esos riesgos se multiplican. Una mala gestión del movimiento puede llevar al suelo a un pelotón entero y por muy tonta que sea la caída siempre habrá lesiones de consideración.

Sabemos de sobra, y no hace falta repetirlo, que debemos tener cuidado pero por favor, que sea de verdad. A veces, estas cosas pasan sin culpables, pasan porque tienen que pasar y ya está pero que no sea por un descuido. 

La semana que viene, otra de montaña con "el monje de Beas" esperándonos.

El regreso, con "Parapanda con montera"

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Las fotos de hoy, de Antonio Gutiérrez, Manuel Ramal, Francis Galdón, Jose María, Rafilla, Roberto y Enrique

domingo, 4 de abril de 2021

Domingo 4 de abril: COGOLLOS VEGA

 

El grupo, ya más calmado, después de dar cuenta de los bizcochos

Buenas tardes compañeros y compañeras. Heme yo aquí, presto y dispuesto a satisfacer al ávido lector (entiéndase también lectora en lo sucesivo por aquello de la paridad y el lenguaje inclusivo) escuchando truenos y más truenos en una  tarde tormentosa que se ha presentado hoy, lejos de esa mañana primaveral que nos ha brindado este domingo primero de abril (¿será verdad eso de abril, lluvias mil?) y que nos ha llevado a la localidad de nuestro compañero Jose. 

Hablo de Cogollos Vega, un municipio marginado por las infraestructuras de carreteras ya que no es lugar de paso (ni se espera que sea) y dada la cercanía de con la capital casi resulta imposible terminar allí una ruta. Claro, luego está el ingenio. Como bien dice el refrán (o lo que sea), "todos los caminos conducen a Roma", y Cogollos no iba a ser menos. Solo hacía falta dar un rodeo para completar kms. y darle a ese destino (bonito de por sí) el protagonismo que merece.

Este año, la ruta elegida era por la marginada antigua carretera de Murcia. Deberían fustigar con exposición a vergüenza en plaza pública al que tuvo a bien "condenar" al olvido a dicha carretera. De ser un santuario ciclista otrora, donde por esa carretera bien peraltada y asfaltada se accedía a municipios como Diezma y Darro para poder completar recorrido realizando el archiconocido circuito del Mendrugo por Moreda, Bogarre e Iznalloz, hoy, abandonada a su suerte viene a morir sin pena ni gloria para regocido de un atroz progreso en forma de autovia en un Beas de Granada. 

La cosa es que con el tema del confinamiento, los oriundos de la capital si que se han visto abocados a usarla y disfrutarla ya que los límites periféricos te llevan hasta bien coronado el primer puerto, puerto Lobo. Los otros dos, el de la Mora y el del Molinillo ya pasaron, como citaba víctimas de la sinrazón, a mejor vida. Vayan estas reivindicativas líneas a modo de protesta.

Decía, que la ruta para llegar a Cogollos era por la carretera antigua de Murcia, previo paso por la capital y la cuesta de las cervezas Alhambra. Apuesto un "pin" a que más de uno no sabe que a esa cuesta también se le llama la cuesta de los cerdos.
Una vez en la carretera de Murcia, se solventan las primeras revueltas y llegamos al conocido tambor, que no es otra cosa que una curva en circular que vista desde abajo, y con su gran muro de contención más que un curva bien parece el conocido y sonoro instrumento percusionista.

Dos globos aerostáticos adornaban el cielo sobre la Alhambra en una mañana fria de por si en las primeras y tempranas horas de la jornada. No debemos olvidar que en abril salimos antes y con el reciente cambio de hora se acentua más el frescor matinal. Frescor que ha quedado resuelto a las primeras de cambio ya que la continua y constante subida proporciona junto al solecillo tímido que lucía un ligero bienestar en la ascención. Eso, a los que ibamos en plan "tranqui" porque a otros, a buen seguro les ha sobrado hasta la interior del ritmo que llevaban.

Una vez pasado el Fargue y solventado Puerto Lobo, giro a la izquierda y subida al centro de interpretación de la naturaleza de la Sierra de Huétor para con un rápido descenso llegar a la localidad de Víznar, tristemente conocida por ser el lugar donde yacen en su cuneta "aún 85 años después" los restos de nuestro poeta más universal Federico García Lorca (de vergüenza). Llegada a Fuente Grande y nuevo "rampón", en este caso con hasta el 15% de desnivel que nos lleva al mirador de Alfacar y de ahí a Nívar y Cogollos Vega. 

La temprana hora de llegada no ha dado tregua. El bar donde estaba estipulado parar, junto al instituto, estaba más que cerrado. Después de algunos que otros escarceos se decide bajar al pueblo a probar suerte cuando el señor regente del local, que se ve que estaba ojo avizor desde el interior y viendo que se escapaba una buena oportunidad de hacer caja, sale alertando al personal diciendo que abría inmediatamente a lo que los que allí nos hemos percatado del aviso hemos lanzado al viento, con aspavientos incluidos, todo tipo de voceríos para alertar al resto. Resulta, cuanto menos curioso, lo que se tarda en reunir a la tropa cuando se trata de ir a un bar. En tres segundos estaba el rebaño al completo tomando asiento y apostados en la terraza. ¿Anda que si fuese lo mismo que para hacer una foto del grupo?

Los anfitriones Jose y Nati

Allí, una vez más (al igual que año pasado), nuestro compañero Jose ha tenido a bien junto a su señora esposa y compañera, de nombre Nati, en agasajarnos con dos suculentos bizcochos, riquísimos por cierto, elaborados con todo el cariño del mundo la tarde anterior y presentados en el lugar para dar satisfacción a la caterva de zagales que allí estábamos. 
Jose y Nati. Nati y Jose. En nombre de todos, y a través de estas lineas, muchisimas gracias por el detalle. Estaban, como decía, riquísimos pero lo que de verdad nos llega es con el cariño con el que lo hacéis. A las pruebas me remito.

El regreso, una vez dada sabida cuenta de los dulces manjares, por Güevejar, Calicasas, El Chaparral, El Cubillas, Las Torres, la archiconocida cuesta "del perro" y una vez pasados los cansinos llanos, desvio a la izquierda y rumbo a Pinos Puente por el por nosotros bautizado puerto del "Casillego". 

El paso por el Caparacena, con pinchazo incluido, y la llegada de nuevo al Cubillas y Albolote, ya de manera más tranquila, que las piernas ya iban diciendo eso de "¿es que esto es mu preciso?".

El grupo posando a la salida de Cogollos

FOTOS                                    Ruta RELIVE
(las fotos de hoy de Manuel Ramal, Emilio, Rafilla, Roberto, Antonio Gutiérrez y Enrique)