domingo, 25 de octubre de 2020

Domingo 25 de octubre: CIRCUITO FIN DE TEMPORADA POR LA VEGA


Con la llamada del otoño en todo su esplendor y el tradicional paso por aquellas, hoy bañadas de rojos cobrizos y amarillos, alamedas tan características de nuestra amada tierra lorquiana ponemos, un año más, fin a la temporada cicloturista del Velo Club Maracena, y van 39 (que no es poco).

Hoy, estimados compañeros, decimos adiós a una temporada que se ha resistido desde prácticamente el comienzo. Un año, el 2020, que se ha empeñado a base de bien en aconsejarnos que seamos mejores personas, que pongamos todo nuestro potencial para que todos juntos y unidos podamos volver a ser aquello que fuimos.

Un año, que como aperitivo nos "robó" 12 de las 34 preciadas rutas de nuestro calendario. Un año que, después de volver a rodar, siempre nos ha mantenido con la sombra de la duda planeando sobre nuestros coloridos cascos. Un año que, hasta el último suspiro se ha empeñado en marcarnos los tiempos.

Pero no va a ser así. El Velo Club es grande, muy grande y por eso ha sabido adaptarse al medio y prácticamente sobre la campana, ha podido de un modo u otro clausurar la temporada con una tradicional marcha por la vega con parada y postas en el ya tradicional templo y santuario ciclista de Láchar.

Lejos quedan esas imágenes de otros años en las que el velo club rodaba toda la ruta unido, entre dimes y diretes, compartiendo chascarrillos entre risas ataviados de manera "vintage" con las clásicas equipaciones de antaño.

Por contra, hoy, en grupetas de seis, como marca la normativa vigente, con gestos serios, aunque intentemos disimularlos hemos recorrido el clásico circuito en un mañana fria con mucha niebla en la en pleno corazón de la vega pero que a medida que avanzaba el día, el sol ha tomado su protagonismo.

Y es que el panorama nos es muy halagüeño. Nos llegan noticias no muy alentadoras para las próximas semanas, meses. 

Pero nosotros estaremos ahí. De alguna manera seguiremos rodando. En nuestro municipio, con la flaca, la de montaña o los rodillos (otra vez) pero seguiremos al fin y al cabo.


Lo que no ha faltado hoy es la clásica presencia de la bici más veterana del pelotón ciclista. Esa joya rodante de nuestro amigo Galdón que, una vez más, ha deleitado a propios y extraños.

Tiempo hemos tenido hasta de inmortalizar los dos extremos. La bici con más de 110 años de historia y la bici más novedosa del 2021. Juzguen ustedes mismos.



Por nuestra parte, compañeros, no queda más que despedirnos. Seguiremos rodando (lo que nos dejen) y preparando ya, con más ilusión si cabe, la próxima temporada.

Nos vemos en la carretera. Cuidaros mucho.


domingo, 18 de octubre de 2020

Domingo 18 de octubre: CIRCUITO DE NIGÜELAS



Esto va llegando a su fin compañeros. Penúltima marcha, que no la última, de esta temporada 2020. Un 2020 que, como se suele decir, va a morir matando.

Si allá por marzo pensábamos que esto no iba con nosotros y poco después tuvimos que rasparnos 12 marchas de la temporada en el dique seco, ahora la cosa vuelve a ponerse complicada.

Las directrices son claras y las normas contundentes. O modificamos el rumbo o el rumbo nos modifica a nosotros.

Hoy teníamos marcado en el calendario otra clásica. Nigüelas, con entrada por el cansino cuestarrón de los lentos y salida por la carretera principal para parar en el desayuno en el restaurante el Zahor.

El grupo, imagino que motivado por los últimos acontecimientos, se ha visto mermado. No asi, ha estado carente de asistencia. Un total de 21 nos hemos dado cita en el punto de partida y, siguiendo escrupulosamente las normas de las autoridades sanitarias, hemos formado varias grupetas de un máximo de 6 componentes partiendo escalonadamente para completar el recorrido. 

Los mismos que iban en cada grupo son los que han compartido mesa en los exteriores del Zahor, habilitados según normativa.

el regreso, de igual manera, en grupos, manteniendo las distancias y prácticamente cumpliendo con el trámite de llegar a un escalonado reagrupamiento en Bobadilla.

Resulta extraño, triste diría yo. Ver la carretera desde esa perspectiva. Estamos sobre esa delgada linea blanca, haciendo equilibrismo y sabiendo que podemos caer de un lado o de otro.

En marzo, no éramos consientes pero en octubre si. Un mal paso, una mala acción en grupo, multiplicado por todos los grupos que pueda haber puede desencadenar un nuevo confinamiento y eso ya sabemos lo que es.

Hoy, el Velo club ha cumplido con las directrices que se nos han marcado. Otros grupos que hemos visto, no.

Y al final, el pato lo pagaremos entre todos.

La semana que viene, si no dejan, última marcha de la temporada. Se supone que deberíamos rodar todos juntos, en armonía, con ambiente festivo. Será de otra manera, pero la esencia la tendremos ahí´.

Salud compañeros.



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Ruta RELIVE

domingo, 11 de octubre de 2020

Domngo 11 de octubre: RUTA LORQUIANA

Hoy, queridos y queridas todos y todas, se debería haber celebrado nuestra ansiada Ruta Lorquiana, que ya sería su sexta edición.

Pero como todos sabemos, esta pandemia que nos asola por el mundo mundial (a excepción de Corea del Norte, que según su amado líder, allí no ha entrado el virus, ni se le espera) ha dejado en el dique seco a todas y cada una de las pruebas que allá por finales del pasado 2019 se programaban en un más que exigente ultimátum de la Federación Andaluza de Ciclismo, no vaya a ser que a lo largo de este año no hubiese tiempo de elaborar el calendario.

En fin, a lo que vamos. Que, como decía este que os cuenta, hoy se debería de haber celebrado nuestra VI RUTA LORQUIANA. Una prueba organizada íntegramente por nuestro club, con el apoyo de varias empresas y por supuesto del Ayuntamiento de Maracena que siempre apostó por dar cabida a este tipo de eventos.

Como en ediciones anteriores, la ruta transcurriría por nuestra añorada vega granadina donde son protagonistas los pueblos con tintes lorquianos y que, además de ver nacer a nuestro más insigne poeta Federico García Lorca, también sirvieron como fuente de inspiración tanto para su poesía como para dar escenario a sus obras teatrales más emblemáticas.

Una vez recorrida la vega y como estamos hablando de ciclismo,  un tramo libre desde el Chaparral nos llevaría al campamento de la Alfaguara, en un guiño al paso por Fuente Grande donde, muy cerca del lugar, se le dió muerte pasándolo por las armas y dejándolo en una cuneta.

Hoy, al no celebrar la prueba, se decidió, realizar el recorrido  de la prueba con unas pequeñas modificaciones en el trazado.

En lugar de recorrer la vega lorquiana, se debía ir desde Atarfe a Pinos Puente por la "silenciosa" y de ahí a Caparacena, El Cubillas, El Chaparral, Güevejar, Nívar, Mirador de Fuente Grande y Campamento de la Alfaguara para regresar por el mismo sitio hasta Cogollos Vega donde, después del avituallamiento volver por nuestros pasos por Caparacena, Pinos Puente, Atarfe, Albolote y Maracena.

Recorrido elegido poco acertado a mi parecer, ya que para una marcha ciclodeportiva está muy bien, pero para una marcha dominical de mediados de octubre, después del mes de septiembre que nos hemos raspado, como que el cuerpo ya va pidiendo rutas más livianas máxime si en el calendario de este año se nos han quedado 14 marchas en el tintero debido al estado de alarma. Cualquiera de esas podría haber sido la elegida.

Esto lo digo, no por censurarlo ni criticarlo a nivel personal (Dios me libre), sino porque es una opinión colectiva de los que hoy hemos participado en la ruta.

De un total de 25 socios, solo uno, el amigo Rai, ha sido el único que ha completado íntegramente el recorrido establecido por la organización. Uno, de 25. Bueno, Rai y Lourdes, que aguanta más que un buzo y que aunque venga en calidad de invitada, ya forma parte de esta familia. Solo dos. ¿El resto? Unos, directamente a Cogollos. Otros daban por finiquitada la ruta en el mirador (en ese grupo estaba yo). Otros, aún subiendo al campamento, en el regreso acortaban la marcha desde el Chaparral a Maracena y así todos. 

Considero que cuando se tenga que establecer una ruta de este tipo se tengan en cuenta los distintos factores como el mes que estamos, la altura de temporada y sobre todo el recorrido. Aún así, como suele ocurrir cada domingo, hemos disfrutado de lo lindo practicando este bello deporte que todos llamamos ciclismo.

Hablando de Lourdes, cuando se junten las dos a tirar, ella y María José, veremos a ver quien es el aguililla que las aguanta.

Menos mal que el mal trago de la subida se ha endulzado con dos sabrosos bizcochos, uno de nueces y otro de chocolate, que nos ha brindado Nati, mujer de nuestro compañero Jose que hoy ha ejercido de cicerone al llegar el pelotón del velo club a su pueblo de residencia, Cogollos Vega.


Mil gracias en nombre del club Nati. Dicen que estaban exquisitos (yo no los he probado jeejejeje). El domingo que viene vamos a Nigüelas. Lo  digo por si te animas a recibirnos también allí.

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domingo, 4 de octubre de 2020

Domingo 4 de octubre: CIRCUITO DEL CHAMIZO

 


Comenzaba la mañana temprano. A las 8, casi de noche ya en este otoño recién estrenado, en el punto de salida, pero esta vez con los coches para realizar la última marcha de carácter especial  marcada en el calendario de rutas que nos llevaría por la zona limítrofe de las provincias de Granada y Málaga.
Y comenzábamos con mucho frio. Apenas 3 grados nos esperaban en Riofrio, punto de partida oficial para hoy domingo. 
Frio que se disipó nada más salir ya que nos esperaba un repechito de esos que no gustan prácticamente desde los primeros metros. Repecho de unos 5 km que nos ha templado  lo suyo y que nos ha dicho en entrelíneas que para que llevábamos tantas cáscaras.
Así que nada más coronar, perneras fuera, manguitos al bolsillo, guantes de invierno al coche, y ya es verano otra vez.

Partíamos, decía de Riofrio para recorrer el circuito del Chamizo (no me preguntéis el porqué del nombre porque lo desconozco), con dirección a dos Villanuevas, la del trabuco y la del Rosario, para afrontrar poco después el puerto de las Pedrizas, que os sonará de verlo cuando vas Málaga en coche, pero que cuando lo subes encima de la flaca, por la propia via de servicio de la autovia, lo que en coche resulta una sutil y suave rampa, en bici, con un asfalto descarnado, se complica sobremanera.
Una vez coronado el puerto, pasamos por encima de la autovia despuestos a avituallar como es debido. Corría el km 37 de los casi 90 que tiene la ruta. 
Un restaurante a la antigua usanza, con sus jamones colgados, sus cabezas de jabalí disecadas (una con mascarilla y todo, más sensata que muchos de nosotros los humanos) y una buena chimenea encendida nos espera.

Resulta extraño lo de la chimenea encendida si la temperatura era agradable al llegar. Claro, eso fue al llegar, porque lo que es al marcharnos se nos ha unido un nuevo compañero al grupo, el viento. Bueno, el viento, no, la ventolera, y fresquita. 

Vuelta al tajo para vestirnos de otoño. Chalecos, guantes, bragas, manguitos y demás enseres propios de cualquier ciclista que se precie vuelven a adornar la figura de tan satisfechos comensales que una vez avituallados (hasta con papas fritas de bolsa con sabor a salchichón ¿verdad Galdón?) y fotografiados en el lugar, nos diponemos a proseguir.

Por delante, unos 20 km de sube y baja por un paraje casi idílico. A un lado montañas que bien recuerdan al cercano Torcal de Antequera. Rocas calizas de mil colores y a otro lado, montes y montes de frondosos bosques que culminan con una vaga línea de horizonte de las costas malagueñas de Torre del Mar. 
Pena que no haya fotos paisajísticas. La luz era exquisita y los paisajes, aún más, pero Eolo se ha empeñado en desplegar toda su artillería en forma de vendaval y ha sido imposible soltar el manillar. Con decir que algunas bajadas, a priori cómodas con buen asfalto y curvas amplias las hemos tenido que bajar los que llevamos ruedas con algo de perfil, con los pies fuera de las calas y a menos de 20 por hora. 

Y no exagero. Pocas veces he visto yo tanta enquina para con nosotros por parte de Eolo.
Pero en fin, nosotros a lo nuestro. 
Varios reagrupamientos nos llevan hasta un lugar emblemático. La venta de Alfarnate. Una venta del siglo XIII que se mantiene intacta, tal y como era en sus comienzos y que alberga hoy en día el museo del bandolerismo andaluz.
Dicen que es la venta más antigua de Andalucía y que tiene mil y una historias que contarte, lo que, desde aquí, se recomienda encarecidamente su visita.
Seguimos ruta. El viento sigue dando que hacer. Por delante el Puerto de los Alazores, puerto de poca exigencia pero que se sostiene rígido con su aliado de hoy para que se nos atragante un poquito. Dicho puerto sirve de frontera entre Málaga y Granada. 

Una vez coronado y reagrupados de nuevo, ya solo nos quedan aproximadamente 20 km que son muy favorables, bajando, con viento de cara eso si, pero bajando hasta Riofrio, completando así la jornada ciclista con un buen sabor de boca. 

El mismo sabor que nos han dejado los bandejones de carne a la brasa que hemos degustado allí mismo (eso si, los que nos hemos quedado).