sábado, 6 de noviembre de 2010

MAÑANA DE ASUETO ENTRE AMIGOS

Debatíame yo para mis adentros ayer viernes por la tarde noche, si salir hoy o no salir. Los motivos eran bien claros. Mis compañeros de fatigas andaban ellos muy ocupados este sábado. Me digo yo, bueno llamo a Dario (que es al que me faltaba por llamar) que igual no tiene guardias de esas que ahora tiene y por lo menos coincide que podamos salir.
Claro, Dario en cuanto se lo comento no pone pega alguna pero condiciona la salida a un paseo, que a la postre a resultado ser magnífico, con la gorda (entiéndase montain bike). "- A las 9.30 en el semáforo", me dice y colgamos.

ANTES DE SALIR

Yo pensaba que iriamos solos pero en cuanto llego al semáforo me encuentro que también esta Paco de la Higuera dispuesto. También estan Narvaez Sr., Ferre y Paco Negro pero con las flacas. Despues de unos rifi rafes entre los consuegros culpándose el uno al otro de no haber cogido la de montaña disponen de partir ya que el amigo Miguel Caixa estaba en Albolote esperándolos.

Nosotros tres, decidimos a buen criterio no tocar asfalto (o en la medida de lo posible evitarlo) y Dario y Paco, casi al unísono proponen poner rumbo Lachar. Mis ojos se abren cual dos persianas de cochera diciendo: "-pero bueno, ¿es que no hemos tenido bastante en toda la temporada?". Dario me espeta: "- Tu calla y verás". Desde luego, callo y veo.

LA RUTA

Con un solecillo más que agradable partimos por ruta nueva. Llámese ruta nueva pasear por la vega maracenera hasta el mismo Calderón. Calderón es un cortijo que antaño representaba lo mejorcico de la vega maracenera y en el que él que os relata tiene gratos recuerdos. Esta situado justo en la parte trasera del polígono Hurpe. Da la casualidad (y esto no se lo he contado a mis compañeros de ruta hoy) que en ese cortijo hay un puente pequeño que sirve para pasar por encima de la acequia gorda. Pues bien, ese puente es el único punto que une tres términos municipales: Maracena, Albolote y Atarfe.

Bien empezaba la mañana. La vega está esplendorosa. Estas últimas lluvias unido al buen clima que hoy reinaba daba un mayor esplendor, si cabe.

Pasamos el Hurpe y cruzamos por la rotonda de Mercagranada para pasar por encima de la via del tren y plantarnos de nuevo en el campo. Ya en las mismas alamedas, Paco de la Higuera ejerciendo de cicerone por la ruta, y como el terreno por la zona es bien llano ponemos buen ritmo charlando y dejandonos seducir por el paisaje.

Casi sin darnos cuenta nos plantamos en Santa Fe. Salimos rápido del pueblo, con la inestimable ayuda del fontanero de la localidad (lo del fontanero se ha sabido por Paco de la Higuera), con dirección a las aguas termales. Con una leve pero constante subida, dejamos los baños a la izquierda y ponemos rumbo a Romilla la Nueva. Toda esa zona es desconocida por mi, a lo que empiezo a hacer halagos a la elección de la ruta. Con razón me decían "Tu calla y veras".

Entre subidas y bajadas, sin esforzarnos mucho y disfrutando de los caminos que están en mejor condiciones que algunas carreteras, pasamos por Romilla e iniciamos un constante descenso hasta Cijuela, desde donde, ya en el asfalto, hemos llegado a Lachar con unos 40 km. en las piernas.

EL DESAYUNO

Resulta que nosotros pensábamos que los compañeros que hoy iban con la de carretera estarían alli. Pues no, no estaban. Se ve que hoy han tirado para otra zona.

Todo el desayuno hemos estado divagando cual habrá sido el destino. Yo he apostado por Alomartes. Mañana nos contarán.

EL REGRESO

Con el cuerpo casi "aflojao" por el calorcillo de la terraza de la cafeteria salimos desde el mismo Lachar en busca del rio Genil. Cogemos su ribera y rumbo a Maracena.

Con pedalada constante, en silencio y escuchando el crujir de la hojarasca al paso de nuestras ruedas, cada uno con lo suyo ya que el paisaje a eso invitaba nos hemos presentado en la rotonda de Mercagranada para saltar por el Hurpe otra vez hasta la vega de Maracena.

A MODO DE REFLEXIÓN

El otoño, en todos sitios pero en Granada de un modo especial, es una época bonita. La naturaleza hace explotar mil colores de una manera mas que caprichosa. Hoy, además, la luz que reinaba en la mañana ha ayudado a dar mas esplendor.

A los, ya clásicos amarillos otoñales, servidor (conocedor y amante de las tonalidades) he podido distinguir verdes, marrones, tierras, sienas, sombras, violetas, malvas, azules, rosas, naranjas, pardos, grises.... y un sin fin de colores que llegan a empachar.

Resulta casi inaudito como en una ciudad como Granada, tan cerca de la capital como hemos estado, haya ese remanso de paz tan enorme. Los rios que hoy hemos visto, ademas del Genil llevan agua a mansalva, de un arbol pueden caer hojas de cuatro o cinco colores distintos. Incluso hemos visto un aguila. Si como suena, un aguila levantando el vuelo desde un prado verde.
Hoy ha sido asi, otro dia espero que sea de la misma manera. INCREIBLE.

1 comentario:

  1. Me alegro de que hayais disfrutado de las bicis de montaña y espero que algún día os vengais con la gente de Marabike, mañana salimos a las 9 desde la tienda del Porcel destino a la silleta de Padul que es un sitio precioso.
    También podemos salir una tarde entre semana.
    Un abrazo a todos.

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