Bueno amigos, aquí estamos de nuevo. En este caso celebrando una lineas con todos vosotros de una marcha que tuvimos ayer a Salobreña.
Lo particular de esta marcha, al igual que alguna que otra que ya hemos celebrado, es que nos salimos de nuestra "zona de confort" para disfrutar de un buen día de bici, en este caso llevándonos hasta el punto de altitud 0, en el mismo peñón de Salobreña.
Como aliciente de la ruta, el club tuvo la cortesia de ofrecer un bus para que familiares y amigos pudieran acompañarnos y disfrutar también de un día de playa, que para colmo, fue espectacular ya que el tiempo nos brindó una magnifica jornada en lo que a la climatología se refiere.
La ruta, marcada por el club discurría por Maracena, Granada, Las Gabias, Alhendin, Puerto del Suspiro del Moro, Padul, Durcal, Cozvijar, Albuñuelas, Saleres, Restabal, Pinos del Valle (donde paramos para "abrevar", alto de la Venta de la Cebada (con sesión fotográfica ya que el lugar así lo requeria), bajada a los Guajares, Azud de Velez, Molvizar, Lobres y Salobreña.
Al final, algo mas de 93 km. disfrutados pedalada a pedalada en un ambiente de compañerismo, que es como debe ser en estos casos, y por supuesto, con algún que otro "tramo libre" que coincidiendo con las subidas "desbravaba" a los aguilillas que nos acompañaban, con los mas que establecidos puntos de reagrupamiento para ir todos juntos.
Citar también, que otros socios, tales como Manolo Ramal, Joaquin Puertas y Pepe Prieto, lejos de amilanarse, tuvieron la osadía de realizar el recorrido integro y sin escalas (como se suele decir en estos casos) pero por la vía rápida que es bajando por la carretera antigua de la costa, o sea, por Lecrin, Beznar y Azud de Velez.
Bravo por ellos también.
Agradecer sobremanera, la colaboración del compañero Jorge Jimenez, que aun sin poder asistir a la marcha en bici, tuvo a bien acompañarnos con el coche de seguridad del club. Gracias compañero.
La jornada, como no podía ser de otra manera, y una vez llegados a la playa, concluyo al calor de unos cuantos espetos de sardinas, algunas que otras cervezas y por supuesto algún que otro "cacharrillo" disfrutado de manera totalmente responsable (como debe de ser).
Por supuesto, no faltaron las risas, los chascarrillos y los remojones en el mar, dejándonos estos últimos, con las carnes "prietas", ya que el que se encarga de esto, parece ser que se le olvido encender el calentador (la "
vin" que agua mas fría).
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