Pero no ha sido así. Al final, algo de niebla arriba y unas gotillas mínimas que no han impedido que la mayoría del grupo, que rondaba la treintena hoy, corone con éxito la hazaña. Otros, por contra, y dada la situación, daban por finalizado el periplo de la ida en Tocón de Quéntar, que tampoco está nada mal.
Y poco más que contar ya que este que relata no ha podido asistir hoy por motivos laborales.
Eso sí, me gustaría aprovechar la ocasión para hablar de nuestro querido Manolo Ramal, nuestro octogenario compañero que no le teme a nada, ni a nadie. Ciclista de toda la vida, de los de raza, fiel a sus colores y a sus pasiones, entre ellas el Velo Club. Líder indiscutible de ese grupo de sabios que él mismo denomina Grupo de los VETERANOS A, y lo pongo con mayúscula, porque son así de grandes. Hoy se ha presentado solo en la salida, no tenía acólitos y fieles seguidores ya que por diversos motivos, su "equipo", como él lo llama, no ha asistido. No vaya el mundo a pensar que se ha amilanado, no. Se ha subido a su flaca y ha tirado "p´alante", solo, a su ritmo hasta donde él ha considerado oportuno llegar, que ha sido bastante arriba.
Y lo digo porque no importa hasta donde haya llegado. Eso es lo de menos. Es la actitud. Es la forma de afrontar los retos y es la forma de no venirse abajo aunque las cosas no vengan de frente y como uno quiere. Todo un crack de los que hay que cuidar. Por muchos años más, Manolo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario