Que veraces son los dichos en el argot ciclista, y cuanta razón llevan.
Eso de llevar una vida algo más que sedentaria, no por gusto sino por motivos laborales, ha hecho que eso de coger la bici se convierta casi en una odisea. Combinaciones de horarios, búsqueda de huecos, y un sin fin de excusas puestas a diestro y siniestro para que por lo menos el domingo puedas tener tu rato pedaleando.
Claro, esto está muy bien, pero el calendario no perdona. Una cosa es un marchilla de 60-80 kms con algún que otro repechillo y otra bien distinta es una marcha de casi la centena de kms. con sus puertos en toda regla (por muy suaves que sean, siguen siendo puertos) y su itinerario exigente en todo el recorrido.
Hoy, tirando de algo de cabezonería, ha podido la razón al corazón (bendita la hora en la que me he mantenido en mis trece), y he decidido buscar el vagón de cola, y anexionarme a los veteranos del club, por lo que pudiera pasar.
En la salida, las ofertas llovían, a modo de "grupos bursátiles" para que te engancharas al mejor postor.
-Grandóooonnn, vente con nosotros que vamos a ir mu despacico (imagino que sabréis quien era ¿no?). El peladlo, con su espíritu paternal intentaba convencerme junto al pariente Miguel, Paco Negro, Dario, Galdón y Rafael Osuna para que me fuera con ellos a hacer el circuito entero (como mandan los canones) , unos minutos antes de la salida diciéndome una y otra vez que iban a ir muy despacio. Como si yo fuese a ir por la ruta alternativa cagando leches. Vamos hombre, nada más lejos de la realidad. Ahi sabia yo que no estaba yo para esas lides y he aguantado las embestidas verbales que me proferian a modo de arenga para que aportara la "testicula" suficiente para marchar.
Nada. Mi resistencia era fuerte y mi convicción más.
Luego, me encuentro otro grupo con una novedad. Viene con sus coches y sus choferes incluidos para "recortar" sanamente la parte más engorrosa del recorrido, engorrosa no por dura, sino por pesada que es hasta pasado Iznalloz.
Ahí tampoco había cabida, por motivos obvios de espacio.
Mi pasaje iba ya casi encaminado a dos bandas. O iba solo, hasta donde llegara mi cabezoneria o el grupo del Reloj, Joaquin Puertas, Jose Cabra y el Nivar (que a la postre no han podido llegar al destino por una avería mecánica y que han debatido al calor de unos vinos en el bar Ramón las incidencias de la jornada) ya que el tema "aguilillas" ni se me pasaba por la cabeza, ni siquiera para los primeros kms.
Elijo la segunda opción, al menos para ir acompañado siempre con la sabiduría y compañerismo de ese grupo, cuando empiezan a llegar más efectivos que se van acomodando en sus vagones.
Silva la locomotora para partir, y aparece casi "in extremis" el sin par, el insigne, el rey del trote cochinero, nuestro Goyo, con su cara de asombro, como diciendo eso de "que pasa aqui que no pillo ni las salteás".
Formamos el grupo, al que se añade Paco (de Albolote), y tiramos, tranquilos pa Benalua.
En el retrovisor, la vista puesta buscando futuros añadidos, ya que el ritmo que llevabamos no era ni digno de mención en estas lineas, pero apenas se divisaba nadie.
Ha sido ya subiendo a Colomera, cuando las curvas nos ofrecían una perspectiva más amplia de la distancia cuando hemos divisado no muy lejos a tres individuos que venían pisándonos los talones, pero que no recortaban distancias. Segun colores y formas de pedaleos, adivinamos que eran Miguel Caixa, Miguel el pintor y Jose Luis Uceda. Pues nada, una vez coronado Colomera y como buenos compañeros, paramos para esperarlos y engrosar nuestros grupeto.
De ahí hasta Benalua, bien, incluyendo puerto Guerra que lo hemos subido con la precaución de "nadar y guardar la ropa".
Una vez en Benalua y reencontrados con todos los que venían de hacer el circuito, pues unas risas (con ahogos incluidos) motivadas por la tele nueva del peladlo (que tio, si es que no tiene apaño) y vuelta pa Maracena, cada cual como mejor ha podido.
Eso si, hoy ha sido una de las marchas más concurridas de la temporada.
Hoy las fotos, hechas por varios compañeros, ya que Nacho no ha podido venir. El gráfico de la "NASA" gentileza de Rai. Gracias a todos por vuestra colaboración.
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Enrique, no te pongas tan melancólico, nostálgico, y apenado por no poder ir como quisieras. Eso nos pasa a todos muchas veces. La vida no es solamente esto, y hay ocasiones en que no se puede salir, o entrenar como uno quiere. Hay momentos, etapas y dificultades que nos hacen pasar por estos trances. Pero todo pasa y cambia. Lo bueno es no dejarlo del todo y seguir en la brecha disfrutando de el deporte y los amigos. Y como tú dices, este es un tren con muchos vagones. Siempre encuentras acomodo en alguno. Y se va más agusto en los de cola, que en los que tiran del conjunto; que hay días que falta carbón para seguir a las máquinas.
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