Hoy, debido a unos ajustes algo más que importantes en la flaca, no he podido disfrutar de una jornada deportiva al uso como suele ser normal.cada domingo.
En cambio, lejos de quedarme quieto, he decidido (y no sabéis cuanto me he alegrado de ello) participar de la marcha de hoy pero desde el vehículo de apoyo acompañando al sin par Pepe Puertas.
No os podéis ni imaginar la labor de este hombre. No hay que olvidar que los encargados de tal menester suelen ser, aparte de Pepe, Nacho y Agustín.
La jornada comienza, una hora antes de la salida. Hay que ir a la cochera, preparar el coche, dejarlo todo dispuesto y llegar al punto de salida los primeros, y después, una vez concluida la marcha, más de lo mismo. De verdad, todo un lujo contar con esta gente.
La jornada comienza, una hora antes de la salida. Hay que ir a la cochera, preparar el coche, dejarlo todo dispuesto y llegar al punto de salida los primeros, y después, una vez concluida la marcha, más de lo mismo. De verdad, todo un lujo contar con esta gente.
No tengo palabras. Se conoce cada curva, cada rincón. Da igual por donde vayamos.Pero si me ha sorprendido algo de verdad, es la capacidad de controlar los tiempos.
En el punto de partida, daba sabida cuenta de cada uno según iban saliendo y ya en los primeros kms. sabia por donde iba cada cual y cual seria la distancia entre los grupos. ¡¡¡Que tío!!!.
Pero es que, para colmo de males, no falla una. Y yo, volante en mano, y él, cigarrillo en ristre, nos hemos "zampao" to la marcha departiendo de eso, de cicloturismo.
Aparte de esto, y ya hablando del tema que nos ocupa, que no es otro que el deportivo, citar que hoy (como imagino que en muchas ocasiones cuando la marcha es larga) el veloclub parecía que lo habían repartido a cañonazos. Unos por aquí, otros por allá. Vamos, que íbamos más repartios que la lotería del niño.
Imagino que, viendo los toros desde la barrera, uno no se da cuenta de las cosas como cuando va en medio de un grupeto o pelotón.
Total, que cada cual iba devorando kms. como mejor podía en una jornada típica del mes de mayo, con una marcha casi llana, engañosa y con los típicos repechones de la zona.
También, y ya que la ocasión así lo requería, hemos ejercido de fotógrafos (siempre amparado en los sabios consejos de Pepe que iba diciendo donde estaba el mejor rincón para inmortalizar el paso de los compañeros.
Al final, 100 kms. vividos desde el coche y esperando que para la semana que viene tengamos la flaca en perfecto estado de revista.
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