domingo, 9 de septiembre de 2018



     Campotéjar, una localidad situada en las postrimeras tierras granadinas por la zona de los Montes Orientales, comparte comarca con Montillana y Noalejo (ya en la provincia de Jaen). 

     Es uno de los destinos más bonitos del calendario ciclista del Veloclub. Tiene de todo. Llano, subidas, bajadas, tanto en la ida como en la vuelta, lo que hace que el ritmos sea exigente prácticamente en todo el recorrido.

     Llegar al alto de Colomera tiene su aliciente en los prolegomenos de la marcha ya que todo el rato te mantiene  en un continuo rompe piernas. Una vez solventado y tras una rápida bajada se inicia el segundo puerto, Puerto Guerra que nos lleva hasta el pantano de Colomera. Son casi 4 km de subida que si no sabes gestionarlos como es debido, al final te pasan factura, si no es en la ida, es en la vuelta.
     Desde ahí hasta Benalúa de las Villas, un continuo rodar favorable donde una vez pasada la localidad llegamos a la carretera que nacional donde otro llano, en este caso picando hacia arriba nos acerca a la Venta de  Andar donde se toma el cruce  que nos lleva a los pueblos citados inicialmente. 

     El destino de hoy, Campotéjar está a unos 5 cómodos km. si los comparamos con los otros dos. 
Fotos de rigor, observación por el pueblo buscando algún local lo más parecido a un bar para tomar algo rápido, lo que descubrimos que no hay ni grajos ya que, al parecer,medio pueblo se encuentra en pleno proceso de vendimia (léase aquí Francia) lo que propicia que los bares de la zona  aprovechen para cerrar por vacaciones. 

     Así las cosas, regreso por el mismo sitio hasta Benalúa de las Villas donde, ahora si, localizamos un bar regentado por una señora, con su camisón de estar en casa (casi durmiendo) que se ha tenido que tragar de la manera más digna posible las prisas de todos.
   Demasiado a hecho la no muy acostumbrada pobre mujer a los tumultos matutinos de los parroquianos, y mucho menos si los susodichos van ferozmente hambrientos.

    El regreso, todos juntos con un ojo en la carretera y el otro en el cielo, ya que los presagios de lluvia iban pasando de amenaza a realidad.
     
     Al final ha llovido lo que se dice para ganar una apuesta, una vez pasado el cortijo de las Torres. Poca cosa para lo que anunciaban para esa hora las previsiones meteorológicas.

El mismo aparcabicis que en Láchar
Tirando de chubasqueros

               FOTOS                 Ruta RELIVE


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