Miguel Angel Martínez, en plena ascensión |
La tarde del 17 de julio de 1990 era una de esas tardes con un calor tórrido. Los aficionados al ciclismo se agolpaban frente a los televisores dispuestos a disfrutar del evento deportivo por excelencia de las tardes de verano, el Tour de Francia.
Pasaban las 4 de la tarde cuando saltaban todas las alarmas en Maracena. Miguel Angel Martínez, aquel chaval que creció en sus calles y que era capaz de reventar carreras desde la categoría de cadetes hasta ganarse por parte Paco Galindo,cronista de IDEAL, el sobrenombre de Huracán de Maracena, saltaba de un pelotón cargado de profesionales dispuesto a darlo todo en la etapa reina de la ronda gala.
Y lo hacía a lo campeón, sin miedo. Embistiendo sobre la bici a golpe de pedales devorando kms y escuchando a una enloquecida afición que se agolpaba en las cunetas.
Maracena entera se ponía en pie. Considero que todos gritábamos a una su nombre. Aquellos que lo vimos, y sufrimos, correr en carreras, empujábamos con el corazón como si fuésemos nosotros los que portábamos aquel dorsal 46 anclado a un maillot del equipo ONCE.
Miguel Angel miraba al infinito. Su mirada lo decía todo. Se iba a coronar como un grande. Lo esperaba el Tourmalet, y después, para postre, otro coloso, el Luz Ardiden.
Solo los valientes como él, seguros de sí mismo, serían capaces de tal proeza. Aquellas interminables rampas con pendientes sostenidas de más de 10 % lo ponían a prueba. Por detrás, pelotón a punto de renvetar. Un Perico Delgado en horas bajas decía adiós a cualquier opción de victoria final y un Ciapucci vestido de lider empezaba a flaquear.
Mientras, el huracán soplaba de lo lindo. Devoraba kms. La multitud lo jaleaba encumbrándolo a la cima.
La clasificación general estaba en juego. Greg Lemond, aquel rubio estadounidense flaquito vió su oportunidad lanzando un ataque certero a la misma linea de flotación del pelotón. El huracán coronoba en loor de multitudes el mítico Tourmalet e inciaba un vertiginoso descenso que ni las motos de la organización podrían seguir.
Al ataque de Lemond responden varios pesos pesados del pelotón pero solo aguantan dos. Un tal Miguel Indurain, que cogía el testigo del segoviano, y el "junto de Berriz", Marino Lejarreta.
La batalla estaba servida. En juego, la general del tour del 90, y la gloria. Por delante, Miguel Ángel comienza la ascensión de Luz Ardiden. Se le veía fresco, con un rodar cómodo. Nadaba bien en sus aguas pero por detrás, la locomotora estaba en marcha un Lemond no estaba dispuesto a dejar escapar la oportunidad de vestirse de amarillo.
El final lo conocemos todos. A poco de la meta, Miguel Angel Martínez fue cazado, víctima de una batalla que no iba con él. Entró en meta en la cuarta posición por detrás de Greg Lemon, Miguel Induráin y Marino Lejarreta.
Cuarta posición que a toda Maracena nos supo a derrota pero que fue toda una demostración de poderio en su máxima expresión.
Y hoy, 30 años después, el Velo Club Maracena, el club de toda la vida de Miguel Angel Martinez le ha rendido un merecido tributo.
La situación sanitaria que estamos viviendo no ha querido que lo celebrásemos como teníamos planeado, ascendiendo en bici hasta aquellos 2115 metros de altitud del mítico Col du Tourmalet. Queda pendiente para temporadas venideras.
En su lugar hemos realizado una marcha especial en la que todo el club ha rodado con un maillot edición especial de tal hazaña.
En los momentos previos a la marcha, Miguel Angel Marténez, ha recibido un cálido aplauso por parte de todos los allí presentes asi como una placa conmemorativa por parte del Excmo. Ayuntamiento de Maracena entregada por el concejal de Presidencia Carlos Porcel y la concejala de Deportes Desiré Velázquez.
Como no podía ser de otra manera, la jornada ha terminado al calor de unas merecidas cervezas.
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