Llega, como cada año al cerrar el mes de julio, la etapa reina de nuestro calendario. Y llega con las mismas fuerzas de un jabato a punto de lidiar justa lid contra todo aquel que ose templar las indómitas lineas del asfalto que te llevan ni más ni menos que a los 2.500 m. de altitud.
Dicho así suena hasta raro pero hay que tener en cuenta varios factores, a saber:
Sierra Nevada resulta una sierra simpática. No goza del estatus de esos temerarios puertos que estamos hartos de ver hasta la saciedad en las míticas rondas ciclistas.
Quizás sea motivado por una falta de difusión oportuna o vete tú a saber, pero lo que si es verdad es que el coloso granadino, la cordillera más meridional de Europa, tiene una carretera de te lleva, en asfalto a los mencionados 2.500 m de altitud, que no es moco de pavo, por una sinuosa y serpenteante carretera de curvas que, si bien, no superan en exceso los porcentajes medios de cualquier puerto que se digne (del 6 al 9 sostenido), si en su longitud, casi 25 km de continua y cansina ascensión, prácticamente desde que se deja el término municipal de la capital, hacen que todo aquel que le falte el respeto acabe pagándolo, y con creces.
Si además añades la climatología, hoy rozábamos los 40º, pues es un extra a batir.
Aqui es donde se ven las calidades de las peñas.
Hoy, como suele ocurrir cada domingo de verano, multitud de ciclistas ávidos de venganza se encaminan a coronar a la bestia.
Los hay de todos los tipos. Los que andan "sobraos", que parece que la cosa no va con ellos. Otros, con perfil de todo menos de cicloturista, haciendo series y que, al pasar, te dejan la moral más minada que la galería de una mina.
Otros, en grupeta, con un ritmillo a la par cansino y respetuoso. Otros, aparcando los coches en las mismas lineas de inicio dispuestos a dar sabida cuenta de la montaña. Estos, se ven que vienen de fuera.
Y luego estamos nosotros, con nuestra idiosincrasia. No seremos un grupo peleón de gallitos dispuestos a batirnos con el primero que se cruce pero tenemos nuestra "honrilla".
Unos, tocados anímicamente. Otros, mermamos físicamente y otros deseando bautizarse al calor de un buen tercio de especial en la cumbre.
Sea como sea, en este club, lejos de jugar a ser ciclistas de verdad, nos gusta ser solidarios. Aquí nadie anda solo. Nadie se queda a su suerte. Hoy ha quedado sobradamente demostrado.
Si eso no es respeto a este deporte y a nuestra sierra, que baje Dios y lo vea.
Y lo de menos es como llegar, es simplemente llegar, con tus achaques, con tus miedos, con tus indesiciones, aunque sea muerto de hambre, ¿verdad Roberto?.
Y es que, nuestra Sierra todos los años nos planta un pulso y nosotros, que entramos al trapo, la desafiamos.
Algunos de los compañeros, han dado por finiquitado el periplo de la ida en el Dornajo, que no está nada mal.
Orgullo de club.
Llega agosto, y con él, el periodo vacacional. El club suspende la actividad oficial pero no las salidas dominicales (como las de los sábados y de entre semana). Los destinos y los horarios, serán a convenir entre los participantes.
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