domingo, 23 de mayo de 2021

Domingo 23 de mayo: LA PEZA

El grupo afrontando las primeras rampas

Se ve que había ganas de bici señores, bastantes. Con un horario apretado, a las 8.00 y con puntalidad inglesa partía un nutrido grupo de 19 componentes (que no está nada mal dadas las circunstancias) con todas las ganas del mundo de estrenar el tan venerado y flamante chubasquero.

Teníamos La Peza, con su castillo incluido. Mal día para ese destino. La Peza, por su situación geográfica se convierte en una trampa ratonera y hoy no iba a ser menos. No habíamos salido de la capital con dirección a Cenes cuando las primeras gotas empezaban a anunciar lo que se avecinaba después.

Pero no iba muy mal la cosa. Apenas se mojaba el suelo y la temperatura, aunque fresquita, era agradable. Y en esas nos venimos arriba. Un pelotón pretoriano (se ve que cuando la amenaza es factible se nos quitan las ganas de las escaramuzas) comienza la ascensión de las primeras rampas firme y con un ritmillo cómodo. Lógicamente se producen algunos descuelgues que se subsanan con acompañamientos y se forma una grupeta detrás a escasos metros. 

El paso por la presa de Quéntar se hace con la mirada puesta en el horizonte donde unas pequeñas neblinas no presagian nada bueno. A partir de la fuente de los trucheros la cosa se complica. Las gotas dejan protagonismo a una lluvia "meona" acompañada de un fresquito que ya no resulta tan agradable. Los primeros afrontan la subida a los Blancares, que ya puestos no lo iban a dejar pasar por alto. Otros, prácticamente en el cruce del Tocón de Quéntar dan por finalizado el periplo de la ida poniendo pies el polvorosa.

Se ve que el enemigo venia por detrás. Nosotros mirando al frente y la nube la teníamos en la retaguardia. 

El descenso de lo peor. No es que no puedas bajar por temor a una caída, no. Es el frio. Bajas con cautela, despacio. Llueve si tiene que llover, con frio y sin pedalear pues todos los ingredientes para pasar un mal rato que se solventa una vez tomas la carretera de la Sierra con dirección a Cenes donde la lluvia ya era menos protagonista y con el pedaleo constante entras en calor.

Pero claro. Apenas llueve, pero el suelo está mojado y el paso por Cenes, si normalmente es peligroso, pues mojado se puede imaginar. Tanto paso de cebra elevado, con la pintura mojada es caldo de cultivo de caídas. Y así ha sido. Nuestro compañero Manolo (conocido cariñosamente como Manolo, el de la megamo amarilla) ha sido el que se ha llevado la palma y en una de esas, la bici se le ha ido de control por lo que la caída ha sido inevitable. 

Debido a las diversas contusiones  y a las circunstancias se opta por llamar a la ambulancia para su traslado al hospital donde se le realizan todo tipo de pruebas dando como resultado  que no hay lesiones de ningún tipo salvo las típicas contusiones. 

El resto del grupo, una vez reanudada la marcha, llega a Maracena donde al parecer, hasta el momento no ha caído ni una gota. Normal, nos ha caído todo a nosotros camino de La Peza.


Los que han llegado a los Blancares

No hay comentarios:

Publicar un comentario