domingo, 3 de julio de 2022

Domingo 3 de julio: MONTEFRIO

 

Dicen, y no sin razón, que Montefrio tiene todos los alicientes para ser una población turisticamente emergente. De hecho, esa revista de fama mundial llamada National Geographic se hizo eco hace ya unos añillos sentenciando el mirador que otrora pasaba inadvertido por el visitante como uno de las mejores vistas del planeta, ahí es nada.

Y es que Montefrio, tuvo su época gris allá por los finales de los 60 y principios de los 70 del pasado siglo cuando sufrió una sangría demográfica en toda regla donde gran cantidad de familias enteras emigraron en su mayoría a los pueblos de lo que hoy conocemos como Área Metropolitana granadina en busca de una vida mejor.

Tal fue la éxodo masivo que el pueblo tuvo que reinventarse para salir adelante con los recursos propios de la zona. Los montes llenos de olivares y unos quesos y vinos de reconocido prestigio a nivel mundial junto al "empujoncito" turístico de la mencionada revista propiciaron que Montefrio, no solo frenase su descenso de población, sino que ya es un lugar de moda y peregrinaje de todo viajante que venga por Granada. 

Y allí hemos estado hoy con el Velo Club. Y hemos estado pasando por uno de los santuarios ciclistas de la provincia, por el Alto de Parapanda. Para llegar allí, partíamos desde Maracena a la temprana hora de las 7.30 de la mañana para evitar las calores propias de la época. 

El día se presentaba algo gris, con una incipiente amenaza de lluvía que se vislumbraba a lo lejos y que ha puesto en boga el refranero español que dice que "Cuando Parapanda tiene montera llueve aunque Dios no quiera". Y es que, no solo tenía montera, si no que no se veía. Pero hemos tirado de ganas y rumbo a la vega atravesando los típicos pueblos lorquianos hasta llegar a Illora y desde ahí afrontar la subida al Alto de Parapanda que como bien sabemos nos recibe con unas rampas sostenidas del  y 11 y 12 % sostenido en los primeros kms pero que luego se suaviza al 8-9. En total, una ascensión que si la contamos desde que se llega al pueblo supera los 7 kms. que te castigan en demasia. Llover no ha llovido aunque si que es cierto que el firme estaba algo mojado de una temprana llovizna matinal lo que ha motivado que la sensación calor fuese más incómoda por el alto indice de humedad.

Una vez coronado el Alto de Parapanda y después de un rápido descenso, rumbo a Montefrío para volver, después del desayuno por el Alto de Tocón, Tocón, Alomartes, Illora y nuevamente la vega para llegar a Albolote y tras un breve reagrupamiento, a Maracena.

Los que han evitado el circuito, han llegado hasta Alomartes unos, y Tocón, otros para volver sobre sus pasos.

Hoy, para más INRI, hemos tenido asistentes de excepción, dos, que junto a nuestro querido Rafael Osuna, han cubierto con sobrada experiencia y dedicación las labores de guardianes (en este caso, guardianas) de nuestra seguridad desde el vehículo de apoyo. Para colmo, han cubierto la labor de las fotos, que luego nos gusta vernos a todos en ruta. 

Gracias infinitas a Montse y María José por vuestra desinteresada dedicación en favor del buen funcionamiento de la marcha. Y lo digo porque no es tarea fácil, que todo hay que decirlo. Habéis sembrado precedente y no sabéis donde os habéis metido.


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