Después de tantos dias de lluvia, quedamos el amigo Emilio (el Morales) y servidor para dar unas pedaladas con la sana intención de soltar piernas y rodar un rato. Con el bocado aún masticándolo hemos puesto rumbo a Láchar por Fuente Vaqueros pensando en ampliar ruta según horario. Una vez en la carretera de Fuente Vaqueros, y a buen ritmo tras unos compañeros que nos han alcanzado hemos llegado a la altura del rio Velillos. Impresionante como va de agua. El curso del rio ya ni se nota. El agua ha pedido paso por todas partes. Hemos parado, hecho algunas fotos y continuado hacia Láchar. La sorpresa, a la altura de la Vaquería, a la entrada del pueblo. La carretera cortada y el agua saltando a sus anchas por encima cual rio enloquecido. Una casa de la vera del rio, igual que una casa de muñecas, literalmente cortada por la mitad. Es impresionante. Pero lo que más impresiona es el semblante de los lugareños. Estando alli observando lo devastado del terreno, una mujer nos comentaba, con la serenidad que sólo da la resignación, que el rio ha saltado ya 21 veces (desde navidad) por encima de la carretera. Si señores, 21 veces. Nos ha enseñado las marcas del agua en su fachada. Más de metro y medio de altura. Vuelvo a repetir: IMPRESIONANTE. Valga un homenaje por ella y sus vecinos.
En fin, que al no poder pasar, media vuelta y regreso por el mismo sitio. Eso si, con parada para el cafelillo en Fuente Vaqueros. Hemos parado en la Cafeteria El Reloj, justo al lado de la Casa natal de Garcia Lorca. Nos han atendido como es merecido. Buena música, buen ambiente y un rato agradable. Atención ciclistas: Un lugar para recomendar. El regreso desde Fuente Vaqueros, con algo de frio ya en el cuerpo lo hemos trazado con buen ritmo llegando a Maracena sobre el horario previsto.
En las imágenes, el rio a su paso por Valderrubio y los dos artistas en la citada cafeteria.
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