lunes, 28 de junio de 2021

Domingo 27 de junio: CIRCUITO DE LOS MINARETES (HUÉSCAR)

El grupo en los primeros kms de la ruta
Cerramos junio con la tradicional marcha de carácter oficial (la segunda de la temporada) con la novedad de dejar a un lado la bajada a la playa y en su lugar incluir en el calendario (y me imagino que ha venido para quedarse) el novedoso circuito de los Minaretes que nos invitó a recorrer la bella comarca de Huéscar. 

Un circuito que se iniciaba con el tradicional desayuno que serviría de encuentro entre los que se adelantaron para disfrutar de un fin de semana en familia por las tierras del altiplano con los que eligieron el madrugón de padre y muy señor mío. En cualquier caso, la ocasión lo merecía.

Al principio parecía tarea complicada. Lo que el personal no sabía que el "presi" tenía un As en la manga. Un As apellidado Navarro y que se echó a la espalda la ardua tarea de complacer a todos y cada uno de nosotros. Nos buscó alojamientos de altura, un lugar donde deleitar el paladar con productos típicamente lugareños con el atractivo principal del cordero segureño a la lata como plato estrella y por si fuera poco sirviendo de "cicerone" con las familias recorriendo los principales puntos de interés turístico y cultural de la comarca mientras nosotros nos dedicábamos a hacer lo que más nos gusta, que no es otra cosa que dar pedales a lomos de la flaca. Y todo con una amabilidad especial que le salía del alma que es como deben hacerse estas cosas. Desde estas líneas, nuestro más sincero agradecimiento así como nuestra más enérgica enhorabuena por el buen hacer para con nosotros.

Como comentaba, la jornada comenzaba con un desayuno a modo de reagrupamiento donde no podían faltar los clásicos churros matinales entre risas y chascarrillos.

Pronto comenzábamos la aventura. Por delante 95 km a través de un circuito circular por uno de los parajes más emblemáticos de la provincia de Granada, la comarca de Huéscar. 

Una carretera de inmejorables condiciones para rodar nos recibía con un ligerillo desnivel hacia arriba. Las impresionantes vistas no dejan indiferente a nadie. El sol, libre de contaminación por esa zona daba un toque espectacular al paisaje, todo ello presidido por la majestuosidad de la Sierra de La Sagra, un impresionante mamotreto en mitad de la nada con forma de montaña que con sus 2383 m de altitud está catalogado como el octavo pico más alto de la península ibérica. 

No podíamos dejar pasar por alto una breve parada para inmortalizar el paso por el Santuario de la Virgen de la Cabeza, una edificación del siglo XVII y por supuesto al protagonista de la zona, el bosque de secuoyas que emerge de manera claramente dominante por encima de los pinares y castaños que abundan por la zona.

Ya metidos en faena, nos tomamos en serio la ruta. El puerto de las Losas con sus 1754 m. de altitud nos esperaba. Una ascensión no demasiado complicada de unos 14 km en total con desniveles sostenidos entre el 6 y el 9 por ciento, con un buen asfalto en las dos primeras partes pero que a medida que se ascendía y llegaba a esa zona en la que la nieve es protagonista al llegar el invierno se convertía en un firme descarnado lo que le confiere un toque más carismático si cabe.

Una vez solventado, primer reagrupamiento serio. El coche de la peña esta vez adquiría una nueva misión, la del avituallamiento que en este caso nuestro compañero Francis Galdón se encargó de preparar con mimo y esmero. Bebidas y refrigerios de todo tipo, hielos, café, plátanos, sandia y hasta melón. De agradecer la labor también de Galdón por que no nos faltase de nada ya que el recorrido no ofrecía posibilidad alguna de avituallar en condiciones al no pasar por ningún municipio.

El descenso lo realizamos con especial precaución ya que el firme se encontraba en mal estado y nos preparamos para afrontar el siguiente reto, el puerto del Pinar, algo más suave que el anterior pero no menos bello. Una magnifica carretera que nos invitaba a recordar los últimos tramos de los Blancares o incluso la ascensión a Sierra Arana, nos llevaría  hasta los 1600 m. de altitud y que nos serviría para un nuevo reagrupamiento.

Desde ahí, ya la trayecto se torna más liviano, con un terreno claramente favorable con la salvedad de alguna que otra "tachuelilla" que nos merendamos sin mucha dificultad. Los últimos km antes de llegar de nuevo a Huéscar transcurren por un camino recién asfaltado a través de un inmenso bosque poblado por un sin fin de eucaliptos y pinos que desembocaba en una carretera escoltada por una legión de cipreses que más bien nos hacia recordar un paisaje de la Toscana.

Al final, como no podía ser de otra manera, la jornada terminó con la tradicional comida de hermandad en restaurante El Maño II donde estuvimos de maravilla, que todo hay que decirlo.

Coronando el Puerto de las Losas, con La Sagra como testigo

 FOTOS                                     Ruta RELIVE

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