domingo, 18 de julio de 2021

Domingo 18 de julio: MELEGÍS

 

El grupo rodando compacto

Buenas tardes compañeros y compañeras. Aquí estamos de nuevo, dispuestos a dar sabida cuenta de los avatares ocurridos un domingo más (y ya van unos cuantos) y que hoy me ha tocado en suerte vivir desde el vehículo de apoyo haciendo las labores de delegado de marchas.

Melegís, en pleno valle de Lecrín, era el destino. Una marcha a priori cómoda y sobre todo bonita a la que no le falta de nada. Tiene todos los ingredientes para elaborar una buena jornada de cicloturismo. Subidas, la ida y la vuelta, bajadas, de idéntica manera y llanos para rodar, todo por un trazado ejemplar con unos parajes típicamente sureños. Además, para postre de este suculento plato, también se ha querido unir a la fiesta Eolo, Dios del viento, que fiel a sus costumbres suele aparecer cuando menos te lo esperas por esas tierras, hoy de manera implacable para "atormentar" al esforzado ciclista que se aventura a volver desde allí (léase aquí que soplaba de cara en la vuelta).

Un grupo muy mermado de participantes (el más bajo de lo que llevamos de temporada) ha tomado la salida hoy con dirección a la Puleva, carretera del Barco, Las Gabias, Alhendín, puerto del Suspiro del Moro, Padul, Dúrcal, cruce de Nigüelas, Talará y Melegís para volver sobre nuestros pasos por Talará de nuevo Dúrcal (en este caso por el centro del pueblo), Molvízar y por la carretera de la vía romana a Padul, Suspiro del Moro y así hasta Maracena.

Tres grupillos se han formado hoy. Unos, los más veteranos, llegaban hasta el Zahor. Otros, hasta Talará y el más nutrido, hasta Melegís en una mañana típicamente veraniega pero que no se ha sufrido el calor en exceso debido a la templanza del citado viento que, como decía antes, Eolo ha tenido a bien en ofrecer.

Por lo demás, todo perfecto, con paradas para rehidratación, que cada vez son más necesarias y llegada a Maracena sobre el mejor de los horarios previstos donde no hemos podido resistirnos a compartir unas merecidas cervezas en inmejorable compañía.

El domingo que viene nos espera el coloso de la temporada, La Hoya de la Mora, con sus 2.500 metros de altitud que servirá para echar el cierre para el parón veraniego de agosto.

Grupeta sentados cómodamente en el diván de Melegís

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