Bueno, al lio. Esto va inexorablemente "embalao" a su fin. Esta temporada, que empezó con restricciones máximas que nos obligaron a mantenernos en el dique seco un par de jornadas, va tocando las últimas notas musicales camino de un epílogo anunciado.
Es llegar octubre y el calendario suaviza drásticamente la exigencia en las marchas. Se espera, como suele ser normal, que la climatología tienda a refrescar pero nada, el otoño, cada año más cálido nos brinda jornadas como la de hoy, con una temperatura excepcional para rodar máxime si la ruta nos llevaba al puerto Los Blancares por un trazado de continua ascensión hasta los 1297 metros de altitud. La jornada en si, no está muy cargada de kms. Apenas 80 pero de los cuales la mitad, o sea, la ida se caracteriza por una continua y no muy exigente ascensión por una espectacular carretera, hoy poblada de coches, motos y hasta algún que otro caminante que trazaba en su horizonte Santiago, allá por tierras gallegas.
Y es que por esa zona transcurre el camino Mozárabe, que parte desde Almería y llega a nuestra capital vía la Peza, Quéntar, Dudar y por el canal de los Franceses y Jesús del Valle al Sacromonte.
Nuestro recorrido de hoy soportaba todos y cada uno de los semáforos de la capital granadina en rojo. No nos ha pillado ni uno favorable. Sugiero cambio de itinerario para próximas ediciones que necesiten surcar las calles granadinas.
Una vez salidos de la zona, el grupo, ya destrozado por los continuos parones, llega a Cenes, Dúdar, Quéntar, presa de Quéntar y Los Blancares donde siempre se suele coincidir con otras peñas y grupetas como queda reflejado en la foto.
Volvemos sobre nuestros pasos hasta Tocón de Quéntar donde estaba establecido el control de firmas, avituallamiento para unos y almuerzo como si fuesen a segar para otros. Que manera de comer choto y morcilla a esas tempranas horas mañaneras. Y es que la visita a Tocón se festeja con todo un clásico como es el plato de choto con sus correspondientes tercios (con "S") para regarlo).
Sorprende sobremanera que todos y cada uno de los participantes ha concluido el itinerario de ida hasta Tocón. Se ve que hay pundonor y ganas de superación sobre todo en nuestros veteranos ya que el trazado no es muy cómodo que digamos en la ida.
Eso si, al volver la cosa cambia. Por tener, hemos tenido el viento que en la ida era de cara, favorable en el descenso. Un descenso que te obliga a dar pedales pero que se hace muy ameno especialmente para los amantes de las bajadas.
Después del solidario a la vez que obligado reagrupamiento del personal en la paseo del Violón, cada mochuelo a su olivo, no sin antes pasar, otra maldita vez, por todos y cada uno de los cansinos semáforos de la capital. Lo dicho, ruta alternativa, YA.
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