domingo, 13 de marzo de 2022

Domingo 13 de marzo: RESTAURANTE 402

Esta crónica, si me lo permitís, quiero (y debo) dedicársela a nuestros compañeros Manolo Ramal y Joaquín Puertas. 
Hoy, como suele ser habitual en esta época del año, el día se presentaba desapacible con una incipiente probabilidad de lluvia lo que se traduce que además de mojarse se incrementa el riesgo de las caídas por lo que la mayoría del personal opta por dejar pasar el día en el dique seco.

Tras unos breves escarceos a través del grupo que tenemos para comunicarnos en los que algunos auguran el peor de los diluvios mientras otros opinan que apenas no va a llover, nos aventuramos una pequeña grupeta para afrontar el día como mejor se pueda.
Pertrechados hasta las trancas con ropa de abrigo (en exceso porque más bien ha hecho calor) y chubasqueros en ristre 14 nos presentamos en el punto de salida.

Y allí estaban, Manolo y Joaquín, dispuestos a devorarse la marcha como si de un día de mayo se tratase.

Mientras, los demás decidimos que lo mejor es tomarnos las cosas con calma y rodar todos juntos (al menos se intenta) y disfrutar de la mañana.
Animamos a nuestros dos veteranos a llegar hasta Deifontes y que ahí hagan uso del coche oficial para compartan con nosotros el ratico de desayuno en el punto de destino. Y así  hacen. Ruedan cómodos a su ritmo, sin prisas pero sin pausas hasta cumplir el objetivo.
Otros, los aguilillas, optan por ampliar un poco más la ruta atacan de improviso el puerto El Zegrí mientras el resto llegábamos al 402.

Mientras si, mientras no, Manolo y Joaquín deciden emprender el regreso. Nosotros le habíamos conminado a volver todos juntos al ritmo de ellos y disfrutar de la vuelta. La temperatura era genial, no había llovido (aunque las bicis, una vez más, para el lavadero) y tras las fotos de rigor en el lugar de costumbre nos damos cuenta que los dos perros viejos se habían largado.

Y es que no querían estorbar, decían. Han salido unos pocos minutos antes, apenas un cuarto de hora. El ritmo que traíamos no era endiablado pero se rodaba bien y constate. Ya los pillaremos, decíamos.
Pues no ha sido hasta  el cortijo Arenales donde les hemos dado caza. Se ve que han tirado de testosterona y han puesto pies en polvorosa. Bravo por ellos.

Desde ahí, hasta Maracena, ya  en un modo más tranquilo y en varios grupillos compartiendo chascarrillos de como llamarle a la marcha de hoy, que como mandan los cánones, el hacedor de poner nombres a las rutas ha sentenciado con un "Hoy, ruta de la NO llovizna".

Gracias Joaquín y Manolo por la gran lección de pundonor que hoy nos habéis dado.



 

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