Comentábamos hoy algunos de los asistentes a la marcha y ya que nos hemos tomado con más calma la ruta que al parecer la jornada de este domingo de resurrección había sido menos concurrida de lo habitual ya que estábamos enfangados en mitad de las vacaciones "semananteras" y muchos de los socios que normalmente suelen participar los domingos era muy probable que no viniesen.
Y eso que hacía un día veraniego total, incluso con calor, calor.
Este que os cuenta, acostumbrado cada domingo a "fichar" a todos y cada uno digo que nada más lejos de la realidad, que al menos nos hemos presentado cuarenta. Pues bien, no han sido cuarenta sino cuarenta y uno. Y es que hoy ha sido el día del "andosolo", apodo cariñosamente aplicado por nuestro amigo Juanjo a todo aquel que va en tierra de nadie, ni con la grupeta de los de delante ni con la de detrás.
Igual algo ha tenido que ver el tema de las multas del domingo pasado. El personal, imagino, que ha intentado evitar las aglomeraciones y ha salido de manera escalonada y pequeños grupillos.
Claro, así la cosa, parecía que no, pero era que si. Ibamos como normalmente vamos cada domingo, superando la cuarentena (y no precisamente la del covid) pero muy repartidos a lo largo de todo el recorrido.
La ruta era a Campotéjar, en los Montes Orientales y debíamos ir tanto en la ida como en la vuelta por El Cubillas, Colomera, Puerto Guerra, Venta de Ándar y Campotéjar.
El grupo de los veteranos, junto a otro pequeño grupo, daba por concluida la ida en Benalúa de las Villas, tal y como se refleja en el calendario, que no está nada mal teniendo en cuenta la dificultad de la etapa.
El regreso ha sido muy tranquilo, con varios reagrupamientos, entre ellos en Colomera y Las Torres, para que el personal pudiese junto.
Otros, con las prisas de los compromisos familiares y/o futbolísticos (jugaba el Granada) partieron de Campotéjar casi sin pestañear.
A los demás, nos ha despedido la localidad con la banda de música que recorría las calles. No es que haya sido así, pero lo parecía.
El domingo que viene tenemos un coloso, La Pandera, en Jaén, con lo que ello conlleva.
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