A las 15:30 horas, en el semáforo nos dabamos cita para subir a la Sierra, que conste que en un principio la cosa era subir a pisar la nieve. Pues bueno, a la hora en punto saliamos Gustavo, Giovanni y yo, dirigiendonos a la carretera de la Sierra donde nos esperaba el Moreno. Al llegar al cruce de Güejar se decubre el pastel que había preparado el Gustavo, subir por el Hotel del Duque.
Como no podía ser de otra manera se empiezan a mirar unos y otros de reojo y apretando hasta que el Moreno a pinchado y gracias a eso ha habido un respiro que no ha venido nada mal.
Hasta Güejar he ido viendo la espalda de mis compañeros y después ni eso, repostaje de agua y todavía con media barrita en la boca de nuevo a dar pedales (la ostia, no me la he podío tragar hasta la plaza del ayuntamiento).
La sierra está preciosa y si no fuese por la dureza de estos parajes seguramente estaría mas transitada, en las primeras rampas de nuevo pierdo de vista a los tres, que están más fuertes que el copón, de nuevo bebemos agua en la fuente que hay justo después del Hotel del Duque y vuelta a lo mismo.
Pues bien, cuando llego al cruce del Dornajo veo a todos con sus cortavientos colocados y cuando pregunto por seguir, lo que me temía, pá bajo.
La semana que viene Dios mediante, se intentará llevar a cabo la empresa de pisar la nieve y me cagón la vín, estarsus quietos con los estacazos que después se os quitan las ganas, !copón!.
De lo que ha acontecido delante no puedo dar pistas por lo lejos que iban pero que se animen y lo cuenten.
Personalmente me lo he pasado muy bien aunque no hayamos pisado la nieve y como dice nuestro amigo el Peladlo: "hoy ha sido así y otro día será de otra manera".
Ah Gustavo, que sepas que me estaba reservando pá atacarte en Las Sabinas.
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