¡¡¡POR FIN, LA PERIURBANA!!! (con visita incluida a los desmanes urbanísticos)

Deberian, digo yo a quién compita, contratarnos para identificar la dirección de viento. No se puede ser más preciso a la hora de elegir ruta (en cuanto a viento de cara se refiere) me explico:

Quedamos en el Semaforo, bueno eso ya lo sabeis. Despues de esperar los minutillos de rigor, alli nos presentamos Goyo, Pepin (que hoy se ha venido con nosotros), Paquillo (el de Atarfe), Dario (que hoy ha vuelto a subirse en la flaca) y servidor (lease Enrique).

Decia, que despues de los típicos y gentiles minutos de rigor, decidimos (a petición de Paquillo) de hacer la que en su dia hicimos con Paco de la Higuera. A saber: Chimeneas, Acula, Ventas, Ochichar, Cacin (solo con mencionar este pueblo me acuerdo del Fernandez), El Turro, Castillo de Tajarja y vuelta por Chimeneas.

Ni que decir tiene, que todos los comentarios en los prolegomenos eran sobre la climatologia, ya que por lo visto, la temporada tiene guisos de terminar al igual que empezó: Con un ojo en el suelo y otro en el cielo.

En esto estabamos, cuando se decide de cambiar ligeramente el recorrido para suavizar la ruta. Se decide llegar a Santa Fe y desde alli subir a la Malahá (o la Malá, como siempre se ha dicho) y asi quitarnos esos kilometrillos pestosos por todos conocidos entre Chimeneas y Ventas. Alli que vamos, por esos asfaltos tan "higuerianos" cuando el Dios Eolo nos avisa que si queremos ir hasta donde pensabamos teniamos que currarnoslo.

Cuanta razon tiene Goyo: "en la bici, todo da por c..... menos el aire que siempre te dará de cara. Que coño aire, airazo. De cara de costado, otra vez de cara pero culinario ni una vez. A todo esto, alguien dice: -¿Habeis visto lo que viene por la derecha?. Se ve, que el aire no venia solo. Traia compaña y de la buena. Que nubarrones, negros y grises (como los que tenemos ahora justo encima en el momento de escribir la crónica). Y se posaban encima, como amenazandonos. Claro, venian de donde nosotros ibamos, asi que en la Malahá suena la palabra mágica ¡LA PERIURBANA!. Giro en la rotonda, subimos el puerto de la Malahá robandole la cartera al dios Eolo (que se pensaba el eramos tontos). Digo esto porque si hubieramos seguido hacia el Mayerling nos hubiera castigado de lo lindo. Al menos la subida ha servido para dos cosas: La primera, para que la subamos comodamente con brisita culinaria y la segunda: Para que el amigo Pepin la conozca, ya que decia que por ahi no habia echado nunca.

Salvo ese tramo, de no mas de tres kms., el aire siempre de cara, y digo yo: Nosotros no hemos ido nunca en linea recta. Hemos girado una y otra vez. Pues el aire, lo mismo. Siempre de cara. Con estas llegamos a Alhendín, via Gabia chica y nuestro amigo Pepin decide que ya esta bien por hoy asi que en la Gamba de Plata pone rumbo Maracena por la via rapida.

Nosotros, para Otura. Subiendo al poblado desmanero, nuestro cicerone particular dice: A la derecha, a la derecha. En ningun momento hacia alusion al sector politico que tiene a bien (o a mal) gobernar el nucleo urbano y alrededores, no. Se referia a una Goyada en toda regla. El tio, queria enseñarnos de primera mano todo lo que ha motivado que nos quiten el 5% de nuestro honrado y bien ganado sueldo.

Claro, no os penseis que para llegar alli se llega en llano y haciendo piernas. Rampas de toma pan y moja. La primera vista, el gran campo de golf (o de golfos). Ese gran motor economico que nos vendieron a lo Bienvenido Mr. Marchall que nos traeria riqueza y bienestar para todos. Alrededor de el, cientos de casas (la mayoria vacias), digo cientos como podia haber dicho miles. Lo que pasa es que el mecenas del invento vio oportuno batirse en retirada dejando a propios y extraños con las posaderas mas pelás que las de un macaco.

A continuacion y un par de rampas mas, bordeando el campo de golf vemos a dos o tres golfistas haciendo como que juegan a ese deporte y como diciendo: -ya que somos socios habrá que amortizar esto...... Solo dos en todo ese mar de cesped en mitad de un secano.

Seguimos, y llegamos a otra urbanización, cientos de parcelas sin construir, con sus farolas y sus bordillos y un puñado bien completo de casas (o chaletes) arrejuntaos en mitad de la nada. Todos vacios y abandonados a merced de saqueadores. Es impresionante....

Y asi, pedalada a pedalada hemos entrado por la puerta de la desmesura y hemos salido por la puerta del desencanto. Otra rampita mas, de la panderianas, y salimos de nuevo al mundo. Carretera de Dilar y Dario pregunta:- ¿Aqui cuando se come?. Pues alli mismo, en las Mimbres. Las Mimbres, para quien no lo conozca en un restaurante que hay justo en la curva del cruce con Dilar. Alli nos presentamos, y avituallamos como de costumbre. Aquarius para unos con pastelitos mercadonianos, cafe para otros con maritoñis, cocacola con tostada de tomate (la vin que mezcla mas rara nos hace este Paquillo) y mi consabido bocata de jamon que me he zampao a dos carrillos y sin contemplaciones.

Llama la atención, que el camarero no pasaba de los seis o siete años. Se ve que el niño tiene vocación y ha dicho a su mami: Deja, que a estos los apaño yo. Y que arte tenia el jodio, hasta con su servilleta (o roilla), colgada al cinto y todo.

La gracia viene a la hora de pagar, cuando Goyo le pregunta en la barra al pequeño mesonero: ¿que te debemos?, como diciendo: - Chaval, ahi te hemos pillao. El crio, tarda la diezmillonesima parte de un segundo en sacar la libreta del bolsillo y dice con mirada desafiante: 7.80 € por favor. Ahi esta el tio, to mas controlado que la vin. Pagamos, y entre risas y risas salimos e inmortalizamos la visita con foto que una guiri ha tenido a bien hacernos. Despues de varios intentos fallidos al pulsar el disparador, sale la foto (que es la que os ofrezco a pie de cronica) y todos respondemos con un Merci unos, Thank you otros, gracias otros y va y resulta que era holandesa jajajajaja.

Total, que salimos del bar y rumbo a Gojar, Ogijares y Granada, ya todo cuesta abajo excepto una rampilla traicionera que hay justo al salir del restaurante.

Hemos atravesado la capital de punta a rabo, entre obras, bandas sonoras y vallas que van guiandote cual ganado vacuno hasta llegar al corazon de la gran via. De alli a Maracena pensando que igual no teniamos que ducharnos ya que la cosa se ponia fea en cuanto a nubes se referia.

Al final nos han salido 75 km, y lo mas lejos que hemos estao de la capital ha sido Santa Fe.

Por cierto, el aire, de cara hasta el portal de mi casa. Joder con Eolo, como se pasa.