VOY A LACHAR (aunque nieve)

Dificil se plantea este relato, no por falta de contenidos como vereis, sino por como empezarlo y como acabarlo.

Digo dificil, como podia decir complicado. No digo nada de como ayer, y anteayer y el otro se han hartado los bracero, picazo, piquero y compañia en intentar amargarnos el fin de semana de bici sin conseguirlo. Mira que los pronosticos estaban claros. Pues nada. Da igual que te acuestes a las 3 o las 4 de la madrugada saboreando el merecido sabado ya que no hay que madrugar al dia siguiente. Da igual que amenace lluvia y que igual no puedes salir. Da igual. La cosa es que aunque caigan chuzos de punta, tu estas ahi, mirando al cielo y diciendote que qué haces, que si sales o que si te quedas en tu casa. Pones la balanza, echas lo bueno y lo malo y que gane el mejor. Gana lo bueno, claro está. Asi que te vistes de corto (lo de corto es por la simbologia deportiva) porque yo creo que mas cascaras no se pueden llevar.

..... Y ahi nos presentamos, en el Semaforo. Como si de un dia apacible se tratase. Lo bueno de todo es que hemos pensao lo mismo ni mas ni menos que 16 compañeros, con el Flores a la cabeza. Lo de este tio no tiene nombre. Son 80 los que va a cumplir ya mismo y llega el tio como si estuvieramos en marzo. Dice que no quiere bufandas, ni gorros, ni pollas de esas que le agobian mucho. Ahi esta el tio, con un par. Los demás, con más cascaras que un tractor cargado de cebollas.

Lo bueno de estos dias, es que cada dia aparece un compañero nuevo que se ha apuntao al veloclub. Resulta que despues de unos cuantos kms. este nuevo escucha mi nombre y me dice: ah, pero tu eres Enrique el de la Web? El mismo que viste y calza digo, y ese de ahi es el Fernandez, y aquel el otro. Total, que nos conocia como de toda la vida jajajaja. Un saludo para este nuevo. Perdon pero creo que no recuerdo el nombre. La cosa es que iba estrenando flaca y la ha estrenao hasta con nieve y todo.

LA RUTA

Decidimos, ante la inminente caida de los primeros copos de no achantarnos en absoluto y que ya que estabamos alli, pues que a rodar se ha dicho.

El Gámez, dispuesto a morir matando propone Pradollano para que nos nieve de verdad. Vamos que tendrá que ser eso asi, le digo yo. Total, que pa Lachar, pero callejeando por pueblos por lo que pueda pasar.

LA IDA (y de como hemos ido improvisando el recorrido)

Pues resulta que por la zona Hipercor ya empiezan a caer de verdad los copos. La mirada hacia Parapanda (o hacia donde debia estar, porque no se veia) hacia presagiar el peor de los pronosticos. La vin que frio, y lo que estaba cayendo por alli. Nos desviamos en el cauce del Genil dispuestos ha llegar a Belicena y de ahi a Santa Fe. Nada. En la rotonda de Belicena, nuevo cambio de planes. Nos vamos por la autovia hasta Santa Fe, y de ahi, a Atarfe y para Maracena. La cosa se ponia fea, pero de verdad. El frio se cala por las costuras y corta como un cuchillo. Los copos cada vez amenazando mas.

Llegamos a Santa Fe y una fuerza extraña, como si se tratase un potente imám que arrastra nuestras amadas flacas, nos atrae hacia la ruta de Lachar. No podemos girar e irnos, no. Tenemos que llegar a Lachar como sea. Y asi ha sido. A Lachar, a desayunar como es debido, coño. Faltaria mas. En Chauchina, pensamos, nos quedamos en el Marineto. Que la cosa está fea de verdad. Nada. A Lachar. El efecto iman sigue haciendo de las suyas.

LA PARADA Y POSTAS

En esto, llegamos a Lachar con mas frio que una llave colgada en un patio. Unos, nos metemos dentro, otros se quedan fuera. Y la Virginia diciendo santo dios, estais locos. Desayunamos, tranquilamente y vuelta a empezar.

EL REGRESO

Pues por el mismo sitio, y nevandonos todo el trayecto, con paseo incluido por Romilla, Cijuela, Chauchina, Fuente Vaqueros hasta Sierra Elvira, donde, no se por que motivo, unos hemos tirado por la carretera de Cordoba hasta Maracena y otros tantos. por la plaza de toros de Atarfe.

Por cierto Emilio (el Morales, que no el Fernandez), queda pendiente la crónica de tu reaparición. En cuanto la pongas, ponemos las fotos.

Las fotos, gentileza del Gámez